El regalo de J.J. Abrams contra la oscuridad: Star Trek

Permitan que comparta con ustedes uno de esos guiños que atrapan poderosamente mi atención. Un guiño real, vibrante y fanático, que publica la revista digital Coming Soon: Hace una semana, un bloguero estadounidense reveló la historia de su mejor amigo, un trekkie de toda la vida llamado Dan al que han diagnosticado dos tipos de cáncer. Dan y su mujer fueron a ver ‘El Hobbit: un viaje inesperado’ con la esperanza de disfrutar del prólogo de ‘Star Trek: En la oscuridad’, pero, lamentablemente, no se emitió en su sesión. Unos días más tarde, el doctor le dio la fatídica noticia: «te quedan pocas semanas de vida».

El artículo del bloguero no tardó en recorrer Estados Unidos, de costa a costa, hasta conseguir llamar la atención del mismísimo director de la nueva entrega de Star Trek: J.J. Abrams. El cineasta invitó a Dan y a su esposa a un pase privado para ver los minutos iniciales de la película. El viaje inesperado, en esta ocasión, fue que no eran los siete minutos de arranque. Abrams proyectó todo el metraje, en exclusiva, para ellos.

«Hola a todos, soy la esposa de Dan. No podemos dar detalles, pero sí nos permiten decir que la hemos visto y os aseguramos que hemos disfrutado enormemente de la película y del gesto… Nos emocionó que Abrams se disculpara con nosotros porque ‘En la oscuridad’ no está terminada al cien por cien, que aún están trabajando en ella… ¡Pero os aseguramos que hemos disfrutado al ciento diez por ciento!»

«Esta es una historia de generosidad –sigue la esposa–, de cómo Internet ha conseguido darle algo muy bonito a Dan y, además, sobrecogernos a su familia y amigos. Esta es una historia sobre cómo gestar una sorpresa descomunal a un trekkie de corazón. Sobre una película hecha por un director que, obviamente, hace películas con auténtica devoción, con pasión, con fans como Dan siempre en mente».

Y ahora, ¿quién discute el poder de las historias? Como diría Spock: «Larga vida y prosperidad».

Star Trek se escribe con eñe

Desde que el señor J.J. Abrams nos regalo la fantástica revisión de ‘Star Trek’ se ha convertido en un clásico de mi videoclub particular. Cada cierto tiempo me obsequio con un nuevo visionado de la aventura intergaláctica de Kirk y compañía. No es una película para ponerse científico ni docto. Tal vez no haya razonamientos objetivos para que sobresalga del resto, pero a mí me encanta. Me divierte muchísimo. De principio a fin.

Nunca fui un fan fatal de la saga trekkie. De hecho, tenía bastante olvidadas las películas originales -no tanto la serie de televisión, que sí la disfruté en las largas tardes de verano-. Siempre las vi como un intento fallido por alcanzar el glorioso cenit de ‘La Guerra de las Galaxias’. Lo curioso del asunto es que, cuanto más veo la nueva ‘Star Trek’, más olvido la última trilogía de Lucas. Confieso que, sin lugar a dudas, fui de los que admitió con rapidez: “Ojalá Abrams hubiera dirigido las nuevas de Star Wars”.

En fin. El caso es que ya empiezan a brotar noticias sobre la segunda parte de la nueva generación de ‘Star Trek’. Primero supimos que Benicio del Toro iba a ser el malo. Pero el revolucionario, finalmente, se bajó del tren. Lo que deja dos nombres para el papel. Dos hispanos: el venezolano Edgar Ramírez (de la saga Bourne) y el español Jordi Mollá. Teniendo en cuenta la tirria personal que se ha granjeado Mollá gracias a sus nada sobresalientes papeles previos como perverso traficante de droga en Hollywood, preferiría que el papel recayera en Ramírez.

Todo apunta -aunque Abrams se empeñe en negarlo- a que los amigos de la eñe interpretarían al insigne Khan, que apareció por primera vez en la segunda entrega de la saga fílmica. Habrá que esperar hasta el 17 de mayo de 2013 para ver el resultado. A ver cuántas veces me da tiempo a ver el periplo de la Enterprise… Qué paciencia, madre.

Star Trek 2009

J.J. Abrahms y Damon Lindeldolf -aka, los creadores de Lost-, productores de Star Trek XI, son unos genios por tres razones:

1.- Se han sacado de la chistera un método para reinventar una saga con unos cimientos muy sólidos y convertirla en algo totalmente inesperado. No sólo revitalizan el fenómeno trekkie, también han hecho una máquina de sacar dinero -ya saben, son unos expertos en esto del márketing viral (Monstruoso, para más señas)-.

2.- Star Trek XI son dos horas de pura diversión. Hacía tiempo que no salía del cine con la misma sensación que tuve cuando vi por primera vez, con 8 ó 9 años, los Goonies. Personajes carismáticos, música maravillosa -¿Para cuándo un altar a Michael Giaccimo, heredero de John Williams?- y un espectáculo visual.

3.- ¿He mencionado Lost?

Al terminar la fanfarría de los títulos de crédito estaba plenamente convencido de que acababa de ver la mejor precuela de una saga emblemática hasta la fecha. Incluída Star Wars. Y este comentario no es moco de pavo: Yo soy muy fan de Star Wars. Es más que probable que si usted no ha visto ninguna película o serie de Star Trek se plantee la posibilidad de pagar por ver esta película por aquello de “vayamos a que no me entere de nada”. Incorrecto. Abrams dirige una historia en la que los personajes empiezan de cero. Personajes tratados con decencia; ninguno cae en el olvido ni en la vagueza de “sólo estar”. Todos protagonizan su pequeña parte de la aventura, convirtiendo al primer viaje del Enterprise en una travesía coral.

startrek-2009

Abrams, durante la campaña publicitaria de la película, confesó que nunca fue un trekkie. De hecho, como tantos otros, se declara amante de Darth Vader y compañía. Y aquí entra la magia de Abrams: Mete en una coctelera lo mejor de Star Trek, lo adereza con numerosos guiños a Star Wars y obtiene un producto altamente mediático. El Enterpraise recuerda en más de una escena al Halcón Milenario salvando la situación en ‘Una Nueva Esperanza’, el Capitán Kirk es un Han Solo legalizado, Spock es sabio como Yoda e impetuoso como un Skywalker, Ulula es la versión moderna de Leia, Zulu pone el punto habilidoso con la espada, el doctor McCoy es un Obi Wan con problemas de alcoholismo… etc.

Y lo mejor de todo, insisto, es que el objetivo principal de la película es entretener. Entretener en todas las vertientes. Divertir y dejar volar la imaginación. Desde el primer minuto de la película, con ese genial montaje de una muerte y un nacimiento en el espacio, el espectador es arrastrado a una sucesión de aventuras cuyo único problema es que tienen un final… Aunque ya está confirmada la secuela para 2011, cómo no.

Especial mención al grupo de actores, todos muy mediáticos y herederos de famas conseguidas en el mundillo friki, perfectamente encorsetados en sus personajes. Es inevitable encariñarse con ellos e impensable pensar en otros sustitutos mejores a los originales de los años 60. A todo esto sumen al inconmensurable Michael Giacchino a la batuta y una dirección artística deslumbrante, y tendrán razones más que de sobra como para ver la película otra vez. Que es exactamente lo que voy a hacer yo. Y me temo que no será la última.

Lo mejor: Este Star Trek gustará a todos: trekkies, starwarsianos y personas de a pie que no necesiten englobarse en ningún grupo friki… (ellos se lo pierden).

Lo peor: El encuentro en la nieve es demasiado… fortuito. Pero se perdona.
Larga vida y prosperidad.

startrek-2009-poster