Two Lovers

Los hombres somos simples. Es fácil leer nuestra jugada. Por cada error cometido, tenemos otro pensado –que nos hubiera gustado cumplir-. A ver, que levante la mano todo aquél que conozca a un chico que se desvivió por una chica –preciosa, seguro-, la colmó a detalles, se convirtió en su gran amigo y confidente y, cuando todo apuntaba a romance, ella le dijo que volvía con su ‘ex’. El mismo sucio rastrero ‘ex’ por el que lloró en su hombro mientras juraba que “nunca más, nunca más”. Igualita que Scarlata.

Vale, bajen las manos. Todos. El sentimiento de guaperas que juega con los sentimientos de una desvalida y sentimental damisela de corazón puro e intenciones nobles, lo hemos vivido en numerosísimas películas. Pero este otro, tan masculino e imbécil, de creer que ella nos elegirá a nosotros no es tan común. No, al menos, fuera de la comedia.

El cuasi asceta Joaquin Phoenix interpreta a Leonard, un tipo del montón, cuyas fotografías en blanco y negro le sirven para expresar un mundo repleto de tonalidades. De la tortura de un amor baldío y una temporada angustiosa, conoce, de golpe, a dos posibles amantes (¿se han fijado en la ironía, señores, de que podemos estar largo tiempo a dos velas y que cuando surge una oportunidad, aparecen más por todas partes? ¿Por qué no se ponen de acuerdo y se reparten? En fin, seguimos). La primera es la dulce Sandra (Vinessa Shaw, ‘El tren de las 3:10’): divertida, simpática, loca por él. La segunda es su nueva vecina, la misteriosa, sexy e inquietante Michelle (Gwyneth Paltrow, ‘Iron Man’).

La película de James Gray es pausada, reflexiva y no tiene mucha acción. Pero también ahí está su magia. Tengo la sensación de que ‘Two Lovers’ es la película sobre romances más masculina que he visto. Una de esas que, al terminar, te animan a decir: “Cómo te entiendo, Mr. Phoenix, cómo te entiendo”. Véanla y me cuentan.