Lobezno: inmortal, el primer ‘tráiler’

Lobezno: inmortal‘ ya empieza a calentar la taquilla. James Mangold ha publicado en su cuenta de Twitter el primer tráiler-teaser-para-twitter de la historia del cine. Lo ha llamado el ‘Tweaser’. El formato es extraño y las imágenes muy confusas pero una cosa está clara: habrá ninjas, samuráis reconocibles, Hugh Jackmans gritando y, también, alguna que otra Jean Grey.

Actualiza: Tráiler internacional (27/03/13)

El tráiler oficial de ‘Lobezno: inmortal’ se espera a lo largo de la semana. Mientras, el ‘tweaser’:

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Mutados

En 1963, Estados Unidos vivía de pleno una guerra interna: el racismo. Mientras que la inmigración crecía, los buzones de algunos barrios de las afueras cambiaban sus apellidos gringos por otros con tilde y los anuarios de los institutos combinaban el blanco y el negro. Las mentes más retrógradas veían una invasión en la mezcla de colores, nacionalidades y acentos. Los muros se llenaron de pintadas violentas: “muerte al negrata”, “volved a casa”, etcétera. La tensión, fruto de la ignorancia, trajo asesinatos, violaciones, robos y un sinfín de sinsentidos que ahogaron al país yanki en una revuelta que clamaba igualdad.

Por aquél entonces nació ‘La Patrulla X’, el primer grupo de héroes que no debía sus poderes a una compleja historia repleta de kriptonitas, meteoritos o arañas radioactivas. Eran humanos, personas normales, como usted y como yo, que nacieron con una habilidad especial fruto de la evolución. El cómic nos presentaba dos facetas: la maquiavélica vena de Magneto, que ansiaba la postración de los no mutantes como “seres inferiores”, y la bondadosa del profesor Xavier, que soñaba con la integración absoluta entre mutantes y no mutantes. La más pura igualdad.

Marvel publicó los X-Men como una herramienta para transmitir entre los adolescentes una idea ambiciosa y necesaria: lo distinto no es necesariamente malo. Poco a poco, Cíclope, Lobezno, Tormenta, Bestia, Pícara, Gambito, Ángel y tantos otros se convirtieron en héroes y no en monstruos. Héroes con los que merecía la pena identificarse, con ideales en los que merecía la pena creer.

Matthew Vaughn dirige ‘X-Men: primera generación’, cinta que se estrena hoy bajo la unanimidad de la crítica (“la mejor película basada en un cómic detrás del Batman de Nolan”) y que se enmarca en aquella época confusa en la que Stan Lee y Jack Kirby los concibieron.

Winter's Bone

Winter’s Bone Winter’s Bone tiene todos los elementos para ser una película cutre de esas que ponen banda sonora a la siesta y, sin embargo, es un gran trabajo. Debra Granik (cuya otra gran cinta, ‘Down to the Bone’, nunca llegó a nuestro país) tiene el honor de dirigir la representación indie de los Oscar de este año. Bajo la inspiradora estela de Juno y Pequeña Miss Sunshine, Winter’s Bone es, en su crudeza, un ensayo brillante de la América más profunda. De la más miserable.

Ree (Jennifer Lawrence) abandona el Instituto para poder hacerse cargo de sus dos hermanos pequeños, de 7 y 9 años. Su madre perdió la cabeza cuando su padre, traficante y cocinero de crack, les abandonó a su suerte. La situación de penuria se agrava aún más cuando un agente de la condicional les advierte de que si su padre no se presenta ante el tribunal, perderán su casa, el único bien que les queda. La joven seguirá sus pasos, a través de lo más despreciable de la sociedad, para encontrarle y obligarle a salvar su hogar.

Jenniefer Lawrence -que da el salto del intimismo al cine más comercial; será Mística en ‘X-Men:Origins’- hace un papel excelente que le ha valido la nominación al Oscar. Tanto la película como su personaje tienen grandes similitudes con otra de las favoritas, ‘Valor de Ley’. Pese a que no tiene sombreros ni caballos, la cinta de Granik es una especie de Western moderno: sucio, áspero, amoral y desapacible. En ambas historias, una niña remueve las conciencias de los adultos para hacer ‘justicia’.

Como decía, la palabra que mejor describe a ‘Winter’s Bone’ es miserable. Pero, como suele suceder con todas las desgracias, es muy fotogénica. Y el paseo por unos personajes tan reales que asustan, les mantendrá en vilo durante todo el metraje. El thriller funciona gracias a una protagonista carismática -todo un descubrimiento- y a un microcosmos que dibuja una pobreza de espíritu repleta de dobles morales.