El mundo, nuestro querido planeta Tierra, incluso el Universo en su máximo esplendor, es un absurdo contenedor de todo tipo de barbaridad. Algunas de esas locuras son necesarias, innovan y nos sorprende. Otras sobran desde antes de nacer. Para que entiendan la conclusión, subrayaré el sentimiento con diversos ejemplos de similar valía. Lo titularemos: “Cosas que el mundo no necesita y que por tanto son innecesarias”:
1.- Un espejo delante del váter. Quiero decir, ¿para qué? ¿Qué oscuro sentido podría tener querer verte mientras transmutas lo intangible en tangible? Pues, aunque no se lo crean, es una costumbre muy extendida en los hogares españoles. Maldita la gracia.
2.- Una sociedad privada dedicada a gestionar los derechos y la propiedad intelectual de los artistas. Un ente que te cobre una plusvalía en un DVD virgen por si lo usas para copiar un disco de música y que obligue a un barrio a cancelar sus fiestas porque la Asociación de Vecinos ha organizado un concierto gratuito y, en consecuencia, no pueden pagar el canon estipulado.
Y 3.- Una película de baile en tres dimensiones. ¡Por los cuatro brazos de Shiva y la madre de Micerinos! ¿En qué estaban pensando? ‘Street Dance 3D’ se estrena este viernes sólo en salas preparadas. Vaya, que es una especie de ‘Avatar’ mezclado con ‘Fama’. Hmmm. ‘Famatar’. Que suena a algo así como ‘pa matar’. “Pa haberlos matao a tos juntos”. Mi temor es, Teotihuacán no lo quiera, que se convierta en un éxito de taquilla y empecemos a ver películas hormonadas para adolescentes de otras temáticas igualmente interesantes: ‘Vampiros emos en 3D’, ‘Operación Triunfo en 3D’, ‘Surfistas en 3D’ o ‘Vamos a darlo todo en la disco 3D, segunda parte’.
En fin, innecesaria.