Acercarse a los 30 -y se lo digo por experiencia- es francamente divertido. Tienes constantemente la sensación de que tu generación es la nueva protagonista del planeta. La promesa del cambio. De que todos los caminos, todas las opciones, por fin han abierto sus puertas para que puedas decidir qué quieres ser. Pero, por las mismas, también es un momento de evaluación. Basta un poco de ambición, de capacidad para soñar, para cuestionarte si vas por el buen camino, si esto es lo que querías, si serás el talentoso individuo que creías ser o, por el contrario, has terminado engrosando la turba. Y, además, está la presión añadida de lo que otros esperan de ti, de las bodas de tus amigos, de los bautizos de sus hijos y del piso que ellos sí pueden pagar.
Josh Radnor (Ted Mosby en ‘Cómo conocí a vuestra madre’) dirige y escribe ‘HappyThankYouMorePlease’, una comedia de corte independiente de esas que dejan un buen sabor de boca. Y no por sus chistes facilones, sus actrices despampanantes o un guion basado en clichés romanticones. Sino por su capacidad para empatizar, para hacernos sentir parte, para reflexionar con una sonrisa cómplice.
Sam Wexler (Radnor) es un escritor que no consigue publicar su primera novela. Vive atemorizado al ver que el tiempo pasa y que las promesas de éxito que le auguraban sus profesores no alcanzan ninguna meta. Cuando por fin consigue una reunión con un importante editor, Sam presencia cómo un niño se pierde en el Metro, lo que hará que llegue tarde al encuentro y, de paso, cambiará el resto de su vida y la de sus amigos.
La vocación, el trabajo, la familia, los hijos, la vivienda, la ciudad en la que vives, el amor. ‘HappyThankYouMorePlease’ es un prólogo al resto de tu vida. Un prólogo que nos invita a ser valientes (“ser valiente no es solo cuestión de suerte”, que dirían Vetusta Morla) y a no aceptar unas reglas del juego predeterminadas. A no olvidar que nacimos para dejar una huella en el mundo, una herencia que sobresalga entre las listas del paro, el precio de la vivienda o una página en blanco. Y hacer todo eso con una sonrisa en la cara, felices, agradecidos, pidiendo más. Por favor.