Ataviados con una madurez que no les compete, dos adolescentes que acaban de desatornillar sus ojos del trasero de una guapa jovencita que pasaba por delante, recuperan su conversación. De cine:
-Pues eso, que el otro día entro a la sala y me encuentro a tres señoras justo en nuestro sitio. Me acerco y les digo que ahí vamos nosotros, que se han equivocado. ¿Sabes lo que me responden? Que la sala está vacía y que me ponga en otro sitio, que no nos van a detener.
-¡Qué cachonda!
-Pues a mí no me hace ninguna gracia. Si cuando compro mis entradas me preocupo por decir “por favor, deme la fila seis, significa que quiero ponerme en la fila seis. No que si la sala está vacía me voy a poner donde otra señora me ordene, ¡coño!
-Qué exagerao. Pareces tú la abuelica… A todo esto, ¿qué ibais a ver?
-La de Woody Allen, ‘Medianoche en París’
-Y, bueno, ¿qué pasó?
-Es que si te lo cuento te estropeo la película porque…
-No, idiota, con las señoras
-¡Ah! Pues nos pusimos una fila por encima… Y me puse a estornudar sobre sus cabezas.
-¿Funcionó?
-Nada. Al rato empezó la película y nos tuvimos que aguantar… Pero es que luego vino lo peor.
-¿Peor?
-Una de ellas, tío, se tiró un pedo. ¡No veas qué pestazo!
-Tío, no me lo creo. Ya te lo estás inventado.
-Qué no tío, detestable. Olía a caca vieja.
-Por eso te lo digo siempre…
-¿El qué?
-Que hay que echarse novia, que luego ya se sabe.