La locura es eso que sucede mientras todo lo ajeno indica que eres una persona y tu ‘yo’ más auténtico señala a otra muy distinta. ‘Sin identidad’ es un juego entre el director -el español Jaume Collet-Serra-, el protagonista -Liam Neeson-, y el público -nosotros- para discernir quién posee la identidad secreta del héroe. La verdad más absoluta. Y la partida es francamente divertida.
El doctor Martin Harris (Neeson) aterriza en Berlín con Elizabeth (January Jones), su bella esposa, para participar en un congreso internacional de Ciencia. Tras llegar al hotel donde se alojarán, Harris sufrirá un accidente de tráfico que trastornará su memoria y le obligará a pasar cuatro días en el hospital. Al despertar, ajeno a casi todo lo que era, intentará reconstruir su identidad con una traba que no esperaba: nadie le reconoce. Ni siquiera su mujer.
Como suele pasar con historias así, es mejor no destripar nada más. El pastel les sabrá mejor. El guion, basado en un best seller internacional, tiene ciertas reminiscencias a la excelente saga Bourne, pero con suficientes encantos como para situarse en un paralelo que no estropea la experiencia.
Collet, que era conocido en Hollywood gracias a ‘La casa de la cera’ y ‘La Huérfana’ -dos de esas cintas que es mejor pasar por alto-, da un carpetazo a la mediocridad para sumarse a una lista de emigrantes en Hollywood que darán mucho de qué hablar. ‘Sin identidad’ es un thriller impecable, de libro, que pone a su disposición dos horas de puro entretenimiento. Quizás, y por poner un ‘pero’, el final sea un poco forzado. Casi inevitable.