A sabiendas de que no es un buen día para hablar de San Sebastián (el fútbol, ya se sabe) y, a falta de que algún alma caritativa crea conveniente acreditarme, mi amigo Jesús -profesional del gremio- ha pasado unos días por el Festival de Cine de San Sebastián y nos manda una serie de comentarios y recomendaciones de las que, con mucho gusto, me hago eco: ¡Dentro vídeo!
‘No habrá paz para los malvados’ (Enrique Urbizu): EL peliculón, lo más de lo más.
‘Take this Waltz’ (Sarah Polley): Pequeña gran joyita del cine romanticón.
‘Intruders’ (J.C. Fresnadillo): La gran decepción del festival. Una peli de una factura impecable, puro cine americano, con un guion que es una chorrada como un piano.
‘Amén’ (Kim ki duk): La pedazo de mierda y tomadura de pelo más grande que he visto en toda mi vida. Sin exagerar. Silbidos en la sala y gritos de “¡fuera!” Una estupidez que, además, no está ni terminada. Es que no es una película, más bien un vídeo de viaje. Rodada con una Canon, sonido ambiente y carente de guión. Basura.
‘Albert Nobbs’ (Rodrigo García): Ver a Glenn Close haciendo de hombre en una clásica obra inglesa es una maravilla. Aunque ni de lejos es la mejor obra de Rodrigo García. Ni de muy muy lejos.
Y, además, ‘Hunger’ (Steve McQueen): Una película tan sumamente especial, tan cruda, tan dura, tan difícil pero con tanta fuerza que te deja clavadito al asiento, pese a tener un plano estático que podría tranquilamente durar… ¿10 minutos? Es la opera prima de este director que lleva el mismo nombre que Bullit. Te prometo que no habrás visto a un director hacer algo tan impactante desde Haneke. Y a un actor hacer algo tan brutal desde Christian Bale en ‘El Maquinista’. Por cierto, esta es la película que hizo que Fassbender fuera Fassbender.