Un año más, Antonio de la Torre impregna sus trabajos de un aroma de éxito implacable. El talento del intérprete malagueño contagia los proyectos en los que se implica. Y eso tiene sus consecuencias: ‘La Gran Familia Española’ y ‘Caníbal’, candidatas españolas al Oscar. Sería injusto considerar que ambas películas han calado en la Academia sólo por la presencia del actor. Muy injusto. Pero supongo que parte del talento también es saber elegir trabajos en los que se apuesta por la calidad.
Ya saben que tengo especial predilección por Daniel Sánchez Arévalo. Me ganó con ‘AzulOscuroCasiNegro’ (2006) y me volvió a conquistar con ‘Gordos’ (2009) y ‘Primos’ (2011). Es un narrador fantástico, con un estilo personal muy marcado, de esos que con una sola secuencia sabrías identificar. Hace unos meses, cuando vio la luz su primer tráiler, aposté que ‘La Gran Familia Española’ iba a ser el taquillazo español del año. ‘Lo Imposible’ de 2013, si gustan. Por varias razones: el carisma de los actores, el acertadísimo guión con el fútbol de fondo y la consabida capacidad del director para transformar una fachada llamativa en un profundo ensayo social.
Lo de ‘Caníbal’, del almeriense Martín Cuenca, me tiene entusiasmado. Su éxito en el Festival de Toronto, la buena prensa internacional que se ha granjeado y el innegable encanto que provoca rodar en la ciudad más bonita del planeta –ejem–, convierten a la cinta en uno de los grandes estrenos del año. No me extrañaría que De la Torre fuera nominado, otra vez, al Goya al mejor actor principal por ‘Caníbal’ y secundario por ‘La Gran Familia Española’. Da igual. De este año no pasa.
Y llegamos al término clave. El que da título a esta columna: el caníbal de la gran familia española. Antonio de la Torre es un caníbal metafórico, sin duda. Pero este infantil juego de palabras es para hablar de él, del destructor de este maravilloso clan que es el cine (y los amantes del cine): el IVA. Estimadas personas que tienen en sus manos el control del ‘mayúsculas 5’. Por favor. El 21 está haciendo mucho daño. Llevamos varias semanas con una taquilla paupérrima. Venga. Por la familia. Bajemos los humos al canIVAl. Gracias.