Hay días en los que uno se levanta con la clara vocación de lavar su conciencia y dormir tranquilo: Me gusta ‘Niños Grandes’. Hala, ya lo he dicho. Puff, qué respiro. Bueno, hay más: no solo me gusta ‘Niños Grandes’, la primera, también me gusta ‘Niños Grandes 2’. Ah, esto es catártico. No sé si hay alguien más en la sala dispuesto a reconocer que le entretiene una mamarrachada tan evidente como esta, pero, qué demonios, hay algo en la cutrez tan supina que rodea a ambas entregas que me resultan entrañables. Entrañablemente malas, pero entrañables.
Adam Sandler y el resto de la pandilla protagonista parecen niños haciendo la función de fin de curso. Y parecen felices, como si no les importara absolutamente nada lo que piense el espectador. Y eso me gusta. Así, mojones sin complejos. El otro día, por ejemplo, estaba aburrido y vi que echaban ‘Niños Grandes 2’ en Yomvi y, oigan, me la zampé así, a lo tonto, más entretenido que un gorrinico en un charco.
Este fin de semana llega a nuestras salas ‘Juntos y revueltos’, comedia romántica protagonizada por Sandler y Drew Barrymore (de ella hablamos otro día, que bien merece unas palabras la desdichada evolución de la niña de E.T.) que ha recibido la que es, probablemente, la crítica más dura de todo el año. De «patética» a «lamentable», la amalgama de adjetivos de la prensa estadounidense es infinita. Creo que no lo han entendido. Es que lo de Adam Sandler, su trabajo, es así. Hagan un repaso a su filmografía: ‘El aguador’, ‘Little Nicky’ (de mis favoritas), ‘Estoy hecho un animal’, ‘Ejecutivo agresivo’, ‘50 primeras citas’, ‘Sígueme el rollo’, ‘Desmadre de padre’, ‘Jack y su gemela’…
Tiene estilo, eso no se lo podemos negar. Ir a una película de Sandler no guarda ninguna sorpresa para el espectador: sabes lo que vas a ver. Con dos honrosas excepciones: ‘Hazme reír’ (George Simmons, 2009), que tiene mucho más cine de lo que aparenta; y ‘Click’ (Michael Newman, 2006), que tiene la osadía de hacernos llorar con un mando a distancia.
¿Qué quiero decir con todo esto? Que si usted es de esos que ve en la cartelera una película de Adam Sandler y piensa, «pues la vería un día así, a lo tonto», no se preocupe. ¡Fuera complejos! Que cada uno disfrute con salud de los mojones que quiera, sea el que sea. Incluso ‘Crepúsculo’. No hagan caso a la crítica, que somos muy tiquismiquis.