1.- La gala y las estatuillas repartidas confirman la teoría con la que, creo, estamos todos de acuerdo: no había ninguna película favorita. Es más. No había, entre las nominadas, ninguna por la que los espectadores sintieran un apego especial. Sigo pensando que ‘Interstellar’ es, probablemente, la que más fieles –y repudiados– ha cosechado este año.
2.- Lo de Michael Keaton. A ver, que Redmayne hace un papelón increíble en ‘La teoría del todo’ y, como ya dijimos en su momento, tanto él como Felicity Jones tienen un futuro brillante en la industria del cine. Pero, qué demonios: Michael Keaton. Nos hemos quedado sin el glorioso final que ‘Birdman’ merecía: ver a su estrella, harta de ego, subirse al escenario del mayor templo del ego a recoger su premio por un ego bien interpretado. Pese a que la ausencia del premio cuadre con el guión de Iñárritu, ¡Michael Keaton merecía subir! Señores de la academia, apunten su nombre para ‘Beetlejuice 2’, por si cuela.
3.- Boyhood era una secundaria de lujo. Después de un año martilleándonos con la promesa de Linklater, su larga epopeya vital se quedó con una única estatuilla a mejor actriz secundaria, que es como ha quedado ella, la película, ensombrecida por sus rivales.
4.- Lo de la animación. Disney ha vuelto con fuerza a la animación. Tras el colosal éxito de ‘Frozen’, este año repiten triunfo con ‘Big Hero 6’, cinta que me encantó pero que, discúlpenme, no hace sombra a la belleza de ‘Cómo entrenar a tu dragón 2’. Sí que aplaudo, por supuesto, el Oscar a ‘Buenas migas’, el maravilloso corto de Disney.
5.- Si tenía alguna duda, el tiempo las va disipando: mi favorita de este año era ‘El Gran Hotel Budapest’. Y para el año que viene, que repitan como presentadores Neil Patrick Harris y Jack Black, que son la mar de salaos.
Al de la foto… Todavía cuesta olvidarlo.
