El añorado Pepe Carrol colocó en su plató a un hombre de sonrisa traviesa y ojos de niño que sumaba más años que un fistro diodenarl. Corría el año 1994 y el programa era ‘Genio y Figura’. De haber existido Twitter o Facebook o cualquier red que nos juntara a todos los pecadores en un mismo redil, Chiquito de la Calzada hubiera sido tendencia desde el primer ¡jarl!
Hoy es un día grande porque Gregorio Esteban Sánchez Fernández, el genio vaginarl, cumple 83 años. Chiquito de la Calzada fue una leyenda desde el primer día y, sin embargo, aún tardaremos demasiado en concederle una tribuna destacada en la Cultura. Chiquito será siempre uno de los mejores personajes de la picaresca española, un torpedo tan emblemático como el Lazarillo de Tormes o el Buscón de Quevedo. Sólo que en otra época, con otro estilo, con otra forma de entender la infinita capacidad de crear que brota de nuestra tierra.
Como les digo, en 1994 no había Internet, así que lo normal era hablar cara a cara. De repente, dos preguntas empezaron a formularse en la calle como dos derechazos de boxeo: «¿Conoces a Chiquito de la Calzada? ¿Te hace gracia?» Aunque no se lo crean, eran muchos los que decían que era un humor absurdo que no les hacía reír. Creo que les daba vergüenza confesar que se partían el ojeter con su inventiva cobarde.
El bueno de Chiquito creó –también– su propio estilo en el cine, consolidado en la trilogía del pecador: ‘Aquí llega Condemor, el pecador de la pradera’ (1996), ‘Brácula: Condemor II’ (1997) y ‘Papá Piquillo’ (1998). Con todo esto quiero decir que sobran razones para celebrar el #ChiquitoDay, el cumpleaños del genio y figura, el más jarl de los jarls. Nuestro Jackie Chan.