El llanero solitario

Johnny Depp juega al Capitán Jack Sparrow disfrazado del indio Toro. Sí, ¿y qué? Superado el trauma, hablemos de ‘El llanero solitario’. Hay nueve minutos y cincuenta y dos segundos que justifican la entrada: Gore Verbinsky y Hans Zimmer dibujan un maravilloso canto al juego infantil, al Oeste de indios y vaqueros, a las obras de retablillos y marionetas y al espectáculo visual tal y como sucede en la mente del niño. La escena, inolvidable, reinventa el clásico rescate de un tren robado por unos despiadados bandidos entrelazando lo viejo y lo nuevo, la Obertura de Guillermo Tell y la épica de Zimmer, el ingenuo antifaz del héroe de la radio de 1933 y la magia del cine digital, ochenta años después. Nueve minutos y cincuenta y dos segundos preciosos. Y no es lo único que se salva. De hecho, déjenme que les confiese: me ha gustado la película.

El llanero solitario’ se estrenó en Estados Unidos el pasado 3 de julio. Desde entonces, el equipo de Verbinsky ha recibido una paliza pública y mediática por parte de la crítica internacional. Era inevitable, pues, que llegara a España cargada de prejuicios. Es incomprensible. La cinta es divertida, espectacular, nostálgica en su mensaje e impresionante por momentos. Y lo que es más importante: es honesta. No aspira a ninguna trascendencia moderna ni a redibujar nada. De hecho, cuando en el primer acto del film conocemos a John y Dan Reid (Armie Hammer y James Badge Dale), Verbinsky sienta las premisas con claridad. Parece que el director dijera algo así: «podríamos haber contado la historia de Dan, el hermano oscuro, complejo y valeroso, y haber hecho el ‘The Lone Ranger Begins’, pero esto iba a ser una oda a los que soñaron con ser vaqueros; tenía que ser más blanca, más inocente».

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«Bota, rebota y en ti explota»

Hammer y Depp forman una pareja entrañable, repleta de guiños para los padres y para los hijos que se sienten en la butaca. Porque, ante todo, ‘El llanero solitario’ es una cinta familiar, entretenida pese a sus más de dos horas y media, y fantástica en lo técnico. Reconocimiento especial para el buen hacer de Verbinsky detrás de la cámara, componiendo un magnífico trabajo narrativo y fotográfico.

Entonces, ¿cuál es el problema? ¿Cómo explicar el fracaso en USA de una película que es –sin serlo– la mejor secuela de ‘Piratas del Caribe’? El guión deja a los americanos en mal lugar; ataca la milicia y lamenta el maquiavelismo de los padres de la nación yanqui. Tal vez eso pique. Yo estoy encantado con la estupenda historia que nos cuenta el indio Toro, un Depp que hace de Depp y se lo pasa de escándalo.

¡Vamos, Silver, adelante!