Batman vs Darth Vader, duelo en la Estrella de la Muerte

Hay cosas que no necesitan más explicación: Batman vs Darth Vader. Sí, eso: Batman viaja a la Estrella de la Muerte para rescatar a Superman y allí se enfrenta a Darth Vader. Así, como suena. ¿Que quién gana? Deberían pulsar play YA.

Cuando hayan terminado de ver este corto realizado por la gente de Machinima, se preguntarán, inevitablemente, cómo habíamos podido vivir sin esto durante tanto tiempo. Internet nos ha dado tantas cosas buenas…

 

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Batman, 75 aniversario: Strange Days

75 años después, Batman es pura mitología. Un emblema del cómic y del héroe atormentado por los fantasmas del pasado. El universo creado por Bob Kane es rico en matices y, con el paso de los años, ha sabido profundizar en lo complejo de sus personajes. En todos ellos. Los buenos son más oscuros de lo que aparentan y los malos pueden enternecer. Un juego de luces y sombras que cientos de artistas han versionado en el último siglo.

Para celebrar el 75 aniversario de Batman, DC Cómics ha organizado un completo calendario de eventos (como ya hiciera con Superman). El hombre murciélago está de moda: además de los cómics y del consabido horizonte cinéfilo con Zack Snyder en ‘Batman Vs. Superman’, el mayor emblema de DC protagoniza una excelente saga de videojuegos. Por supuesto, aún tenemos fresca la magnífica trilogía de Christopher Nolan a la que siempre es un placer volver. Pero los amigos de Gotham no querían dejar pasar la oportunidad para reconocer, también, el fantástico trabajo realizado en el mundo de la animación. ¿Quién no recuerda ‘Batman: The Animated Series’?

En 1992, pocos meses después de estrenarse ‘Batman Returns’, el dibujante Bruce Timm aprovechó la estela creada por Tim Burton para adaptar el espíritu de sus películas a una serie de animación. Basta recordar el opening de la serie –con música inspirada en el tema compuesto por el mismísimo Danny Elfman– para ser consciente de su calidad artística. Con dos premios Emmys, sigue siendo una de las mejores series de animación de la historia. Por cierto, también hubo dos películas de ‘Batman: The Animated Series’, mi favorita, ‘La máscara del fantasma’.

DC ha anunciado que habrá dos cortos de animación para conmemorar el 75 cumpleaños de Bruce Wayne. El primero de ellos, ‘Batman: Strange Days’, dirigido por el propio Bruce Timm, acaba de salir a la luz. Si les pasa como a mí, les resultará imposible terminar los tres minutos y no recordar, con añoranza, los dibujos animados de los 90.

En qué pensaba Ben Affleck cuando ganó el Oscar

He aquí la teoría. Partamos de la base científica de que Ben Affleck es un nerd. Un amante de los cómics, de la ciencia-ficción y la cultura pop. Reconocido creyente de la filosofía Jedi (aún apuesto por que dirigirá el Episodio VIII) y voraz lector desde que él y Matt Damon eran unos zagales de barrio. Bien. Como todos ustedes saben, Ben Affleck protagonizó ‘Daredevil’ (Mark Steven Johnson, 2003), memorable ñordo que aún pesa sobre la pecaminosa espalda de Marvel. Y lo hizo porque él siempre quiso ser un superhéroe.

‘Daredevil’ corresponde a lo que podríamos llamar la década ominosa de Affleck: ‘Pearl Harbor’, ‘Pánico Nuclear’, ‘Una noche perfecta’, ‘Una chica de Jersey’, ‘Qué les pasa a los hombres’… No todo fue malo, claro. En 2007 dirigió ‘Adiós pequeña, adiós’, consiguiendo un enorme ‘WTF’ de todo el planeta: “¿Director? ¿Ben Affleck, director? ¿Y bueno?”

Affleck, que empezaba a gustarse como artista, arrancó 2010 con ‘The Town. Ciudad de ladrones‘, peliculón policíaco brillantemente orquestado, que sentó las bases para la magnífica ‘Argo‘ (2012), con la que ganó varios Oscar.

Pero Affleck, como les digo, siempre fue un nerd. Un friki. Y como todos los frikis, Dios bendiga a Sheldon Cooper, es obstinado. Consistente. Resolutivo. Así que, tal y como yo lo veo, Ben Affleck llevaba años pidiéndole a Warner que le dejara interpretar a Batman o Superman. Los señores de Warner, con toda la mala baba, le dijeron “vale, Ben, cuando ganes un Oscar te dejamos ser lo que quieras…”, seguidos por unas risillas maliciosas.

Según mi teoría, Ben Affleck ganó un Oscar para ser Batman.

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Fuera de bromas (conste que yo creo en esta teoría, por muy estúpida que sea), Ben Affleck tiene por delante una preciosa cruzada: callarnos la boca a todos. Otra vez.

Llevamos escuchando desde hace meses que Warner quería que dirigiera la película de ‘La Liga de la Justicia’. Sinceramente, Affleck a los mandos de Superman, Batman o cualquier héroe me parece una idea fantástica. A mi juicio, es un gran director. Como protagonista… no tanto.

Ahora mismo tiene las de perder. Es un perdedor en el centro de Gotham. Y, como todos los perdedores, tiene papeletas para terminando siendo el héroe. Affleck es, dentro y fuera de las cámaras, el protagonista.

¿Sánchez Gordillo es el Caballero Oscuro?

De la última película de Christopher Nolan, ‘El Caballero Oscuro, la leyenda renace’, se han escrito ya cientos de ensayos. No les exagero. Algunos, quizás la mayoría, sobre la ideología política y filosófica que dibuja el director a lo largo del film. De todos los artículos que he leído, el que más me ha gustado lo encontré en el muy recomendable blog de cine ‘Las horas perdidas’. Venía a decir, les resumo, que había una lectura de la película un tanto dictatorial, en la que el pueblo, Gotham, nosotros, somos una masa descabezada y sin iniciativa que dejamos hacer a los que se proclaman buenos y malos, indistintamente. Una especie de mensaje tipo: “la crisis económica y financiera es un asco, el mundo es un asco, pero nadie hace nada, así que mejor quedarnos quietos, esperando que nos digan lo que hay que hacer”.

Ayer, mientras veía a Sánchez Gordillo arengando a sus seguidores con la amenaza de que iba a tomar un Corte Inglés de Jaén, me vinieron a la cabeza varias escenas de la película de Nolan (salvando las muchas y sobre todo estéticas diferencias del asunto). Y, pese a lo absurdo e innecesario, me hice la pregunta: “¿Se habrá inspirado Sánchez Gordillo en ‘El Caballero Oscuro’?”

La sola idea de Gordillo embutido en un traje de neopreno, con la barba escapando por debajo de la máscara, ya justificó la reflexión. Y unas risas. El caso es que empecé imaginando al alcalde de Marinaleda aquella mañana, en su casa, pensando: “¿Qué haría Batman en mi situación? Hmmm… Ya sé, los rescataría a todos. Sí, eso: voy a desmantelar un supermercado. Por principios”.

Unos segundos más tarde, recreando la escena con la banda de justicieros arramblando y la cajera rompiendo a llorar, me invadió la duda: “¿Se inspira en Batman o en Bane?” A fin de cuentas, Bane es un ferviente defensor de unos ideales que decide generar una revolución para establecer un nuevo orden en Gotham. Y entonces llegué a la pregunta por la que, tal vez, mereció la pena esta extraña reflexión: ¿Qué diferencia hay entre luchar por unos ideales y tomarse la justicia por la mano?

Qué locura. Parece una broma macabra sacada de la cabeza del Joker.

El Caballero Oscuro: la leyenda renace (II)

El gran problema de ‘El Caballero Oscuro: la leyenda renace’ no reside en las altas expectativas del espectador amante de la obra de Christopher Nolan, como se ha insistido hasta la saciedad por aquellos que ven un «cierre magistral a la saga de Batman» –ojo, que me parece maravilloso que haya defensores, benditos sean los gustos y criterios variados–. La decepción está al otro lado, en la batuta de un director que no arriesgó lo suficiente.

(Los siguientes párrafos están repletos de spoilers y si no han visto la película no deberían leerlos. Avisados están)

La imagen más poderosa de ‘La Leyenda Renace’ es la máscara de Batman partida, abandonada en el suelo de una oscura alcantarilla, tras la imponente espalda de Bane. Ese preciso instante, hacia la mitad de la película, es el momento en el que se optó por la convención con un guion previsible, tradicional y complaciente. Nolan debería haber sido valiente. Nolan debería haber matado a Bruce Wayne (o dejarlo paralítico, ya saben).

De haber sido así, la lectura global de la película y de la saga cambiarían por completo, dando sentido a las dos ideas que guiaban las anteriores entregas: «¿Por qué nos caemos, Bruce? Para aprender a levantarnos» y «O mueres como un héroe o vives lo suficiente para convertirte en un villano». Dos ideas poderosas y complejas que convertían al ‘simple’ héroe de cómic en protagonista de una enriquecedora fábula filosófica.

Con la muerte de Wayne no criticaría la levedad de Bane, un villano formidable que termina encerrado en el cuerpo de un monstruo de los Power Rangers. Ni la sensación de fraude que transmite la prisión rocosa y el pobre papel de Marion Cotillard. Ni el sinsentido de Catwoman, una ladrona ninja que cumple una misión inexistente. Ni la inteligencia supina de Blake al saber que Bruce Wayne es Batman después de cruzar sus miradas. Blake. Joseph Gordon-Levitt, el que debería haber sido el protagonista de la segunda mitad de la película. Eso sí que hubiera sido un renacer. Un renacer que sobrepasaría las fronteras físicas en pos de una leyenda inmortal: la leyenda de Batman.