‘Agents of Shield’, entre Buffy y Dr. Who

Agent of Shield‘, futura serie de la ABC americana, es la consecuencia lógica al bombardeo comiquero de Marvel en el cine. El éxito de Iron Man, Capitán América, Thor y Hulk en el celuloide espoleó la mente de Joss Whedon, director de ‘Los Vengadores’, en una dirección que, a priori, sonaba imposible: la televisión. No en vano, el grueso del ejército de seguidores de Whedon nació de una combinación entre sus guiones para la pequeña pantalla -‘Buffy cazavampiros’, ‘Firefly’, ‘Angel’, ‘Dollhouse’- y los tebeos -‘Ashtonising X-Men’-.

La serie de televisión contará las aventuras de los agentes de S.H.I.E.L.D., la organización que dirige Nick Furia (Samuel L. Jackson) y que hemos podido ver en las películas de Marvel. Hace poco, Whedon contó en una entrevista que la serie será “una versión del episodio ‘The Zeppo’, de Buffy, pero aplicado a los superhéroes”. Pero, ¿qué es de ‘The Zeppo’? Se trata del episodio decimotercero de la tercera temporada de Buffy, un capítulo que ha influido en numerosas series de televisión. Lo original del asunto es que el episodio estaba protagonizado por personajes desconocidos que viven las consecuencias de los héroes habituales.

Meses más tarde, Russell T. Davies, el productor ejecutivo de ‘Doctor Who’ en 2006, confesó que se había inspirado en ‘The Zeppo’ para escribir ‘Love & Monsters’, en el que conocíamos a un grupo de estudiosos del intrépido viajero del tiempo. El estilo de ese episodio se ha repetido en las siguientes temporadas de la serie británica, creando un formato conocido como ‘Doctor episode light’.

Así que, ¿cómo describir ‘Agents of Shield’? “La gente que normalmente ignoramos en los cómics -explica Whedon-, esos han sido mis héroes desde que empecé a escribir la serie. Gente sin poderes pero que puede llegar a ser heróica”. Su estreno está previsto para el 24 de septiembre. Nunca me apasionó Buffy, pero siempre seré un ‘browncoat’ de ‘Firefly’. Sí, tengo ganas de ver qué se saca Whedon de la manga.

El Doctor Who de Forbidden Planet

Hace poco estuve en Forbidden Planet –metonimia universal de Londres–, el templo por excelencia del cómic, el cine y la literatura freak de Europa. No es que vaya a menudo, pero siempre disfruto de la refulgente sensación del que entra al hogar. Como cuando jugábamos al pilla-pilla y, justo cuando te iban a tocar, alcanzabas un árbol y gritabas ¡casa! Es una gozada para los sentidos: la combinación del olor a librería clásica con la imponente emulsión freak de figuras, pósters, camisetas y un sinfín de artilugios inútiles pero preciosos repartidos por sus dos plantas, la convierten en una catedral de peregrinación inexcusable.

Pues eso, que fui. En la tienda tienen distintas áreas dedicadas a los grandes temas del universo freak: ‘Star Wars’, ‘Alien’, ‘Cazafantasmas’, ‘Regreso al Futuro’, ‘Hora de Aventuras’ (sí, qué pasa), ‘Star Trek’, ‘Halo’, ‘Marvel’… Y, por supuesto, ‘Doctor Who’. El Doctor Who es, probablemente, uno de los personajes más emblemáticos de la fantasía moderna del Reino Unido. Para celebrar el 50 aniversario de su primera temporada en la BBC británica, la tienda tiene un altar dedicado al show: había de todo. De todo. Impresionante.

Da la casualidad de que uno de mis propósitos personales para este 2013 era ver la última versión de la serie ‘Doctor Who’ que arrancó en 2005, alcanzando un éxito mundial (en USA también es considerada una de las grandes joyas de la ciencia-ficción). Acabo de empezar la segunda temporada, ya protagonizada por el bueno de David Tennant (el anterior, Ecclestone, me caía simpático, pero ni punto de comparación). Aunque actualmente se emite la séptima, protagonizada por Matt Smith.

Espero no haberles hecho perder el tiempo para llegar a este párrafo. Pero precisamente va de tiempo. De invertir su tiempo. De viajar en el tiempo. Y yo, con esto del ‘Doctor Who’, me lo estoy pasando como los enanos. Y una última pregunta, sin complejos ni perversidades, ¿por qué no se hace una gran serie de ciencia-ficción española donde prime el guión? Sepan que ‘Doctor Who’ no tiene nada que no podamos hacer aquí. Todo está en el papel.