El verano, llegado el momento, se parece más a un remake malo de una película antigua que recuerdas como un clásico imprescindible. Crecemos pensando que es el territorio de la libertad y la voluntad anárquica. Un agujero negro que ralentiza el pasar de las agujas del reloj y lo vuelve todo inmenso; tres meses que equilibran una balanza de doce. De repente, sin venir a cuento, ‘el verano’ son quince días volátiles que llegan tarde y se van temprano. El sol de las vacaciones ya no sabe como antes. Es, más bien, como echar una siesta en la tarde de un domingo con la sombra del lunes a cuestas.
Las tardes de verano, en el campo, primos y hermanos jugábamos al ‘Equipo A’, la serie de moda. Los papeles se respetaban siempre: David era el coronel Hannibal Smith porque era el mayor y sus órdenes se atendían con admiración; Enrique era Fénix, el segundo de abordo por su don de palabra y elegancia innata. Nacho era M.A. Barracus -no, no es adoptado- porque sus enfados y pataleos le acercaban al poderoso ‘Hulk’. Y yo, Murdock, por mi impertérrita capacidad para ser un payaso. Ah, mi hermano pequeño, Javi, cuando jugaba, le dejábamos ser el hispano ése cuyo nombre nadie es capaz de recordar.
Aquellos días catapultándonos por balates y construyendo fortines subidos a un higuera no volverán. Mientras que unos se concentran en sus futuras y presentes paternidades, otros bailan de una ciudad a otra buscando un trabajo con el que apuñalar la crisis. Es curiosa la sensación de entrar al cine a ver una película que, de ante mano, sabes que nunca sabrá como la original. Con el estreno del ‘Equipo A’ en las salas españolas, un servidor arranca sus vacaciones. De pie junto a la taquilla, mientras compro mi entrada, repaso el casting actual: Liam Neeson (‘La lista de Schindler’), Bradley Cooper (‘Resacón en las Vegas’), Quinton ‘Rampage’ Jackson, Sharlto Copley (‘Distrito 9’) y Jessica Biel (‘El ilusionista’). Y, con la amargura del que pierde, deseo, de corazón, que haya, en algún rincón del planeta, una pandilla de niños que disfruten haciendo el animal.
Amigos y amigas del cine, les deseo un verano repleto de cameos interesantes, romances inesperados, guiones mágicos y una fotografía espectacular. Y, si ven una película interesante, no duden en escribirme un correo para que, a la vuelta, podamos seguir hablando. ¡La aventura nos espera!