A Luc Besson se le podrían agradecer muchas cosas. Sin entrar al plano personal, claro. Que no digo que sea una persona excelente con unos valores intachables. Ni lo contrario. Vamos, que no tengo ni la menor idea de cómo es él, en realidad. Lo que sí sé, vamos al hecho, es que nos ha hecho uno de los mayores regalos de la historia del cine. Pero antes de desvelar el misterio, hablemos un poco del hombre que hay detrás de los Minimoys.
El fenómeno parisino nos trae a la cartelera ‘Adele y el Misterio de la Momia’, una cinta de aventuras que tengo ganas de ver por dos motivos: me gusta el estilo ‘pop’ de este señor y, al parecer, es un fiel reflejo del cómic en el que se inspira. El Tintín en mujer, lo llaman.
Como para tantos otros, Luc -“yo soy tu padre”- Besson comenzó a ser un nombre de impacto con ‘El Quinto Elemento’. Película en la que Mila Jovovich aún no había vendido su alma al diablo zombie de ‘Resident Evil’ y que consiguió que medio planeta grabara en su retina aquella escena en la que salía desnuda de un ‘huevo espacial’. Bruce Willis, en esta ocasión, era una mezcla entre el impune agente McClane de ‘La Jungla de Cristal’ y el asesino chisposo ‘Falsas Apariencias’.
Pero, las cosas como son, la mayor parte de la obra de Besson está en sus facetas de guionista y productor. Si quieren saciar su curiosidad, busquen en imdb.com (‘international movie data base’) su currículum y empiecen a leer. Dramas, comedias, animación, acción, aventuras, ciencia ficción… De todo un poco.
Y, con la cantidad de cosas bien hechas que ha hecho el bueno de Luc en su vida, debemos darle las gracias por una en particular. ‘León, el profesional’, estupenda cinta de acción protagonizada por Jean Reno que descubrió a la única, inigualable y siempre bella Natalie Portman. Qué regalo, Luc. Qué regalo.