Star Wars: Carrie Fisher, Mark Hamill, Harrison Ford y… ¿los ewoks?

Dos noticias han conmocionado la Fuerza esta mañana. Carrie Fisher ha confirmado en una entrevista publicada en TV Guide que ella, Mark Hamill y Harrison Ford estarán de vuelta en el universo Star Wars, para el Episodio VII. Y lo ha hecho de una manera muy simpática: “Me gustaría volver a llevar las viejas ‘ensaimadas’ (traducción libre de ‘cinnamon bun’) en el pelo, pero con el pelo blanco. Creo que sería divertido”.

En la entrevista, Fisher deja claro que, hasta donde ella sabe, los tres actores estarán en la película de J.J. Abrams. Claro que, teniendo en cuenta que Abrams acaba de terminar el guión y que todo puede cambiar hasta el día en que arranque el rodaje, habrá que mantener la información en cuarentena.

(Relacionado: Mark Hamill dice que no hay nadie confirmado)

Y, siguiendo con la estela, la web más especialista en rumores de todo Internet, Latino Review, asegura que Pixar está desarrollando su propia película del universo Star Wars. No dicen más, ni directores ni tramas ni nada, sólo aseguran que existirá.

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Dicho lo cual, me animo a sumarme a esta vorágine del rumor -inspirado en las facultades deductivas del fantástico Sherlock de la BBC-: Pixar va a hacer los Ewoks. ¿Por qué? Muy sencillo:

1.- Es algo que ya se ha hecho, y todo el mundo sabe que un ‘remake’ vende más que una idea original.

2.- Los ewoks tienen cierta empatía con el ‘ochenterismo’ más absoluto: dibujos animados, películas controvertidas, figuras de acción…

3.- Los ewoks, en manos de los diseñadores de Pixar, son una bomba de entrañabilidad: peluches, cortos de Navidad, nuevas series de televisión.

¿Y si Pixar hiciera la película de Street Fighter?

Street Fighter es uno de los videojuegos más carismáticos de cualquier era. Desde que consiguiera colarse en infinidad de hogares gracias al Cerebro de la Bestia (niños, la SuperNintendo), ha evolucionado en muchos y muy variados caminos. Hay películas de animación, series de dibujos, mangas, figuras y videojuegos para perder la cuenta, claro. También está aquel desastre cinematográfico protagonizado por Jean-Claude Vandamme que, no lo neguemos, en su momento nos emocionó a los niños que fuimos al cine. Al menos hasta que salimos de la sala…

En el universo fan, sin embargo, Street Fighter sí ha conseguido espectaculares resultados. Es el caso de Vitorugo Queiroz, el artista que está detrás de un corto animado protagonizado por Ryu y que goza de un maravillo estilo Pixar que, seguro, enamorará a los amantes de la animación. Para promocionar el corto, ‘Street Fighter III: Fuurinkazan’, Queiroz ha publicado en Youtube este trailer. ¿Quién no se muere de ganas de verlo entero? Pixar, ¿a qué esperas para contratar a este zagal y ponerlo a dirigir una versión para la gran pantalla? Fantástico trabajo:

Y ya que estamos con Street Fighter, recordemos el corto ‘Legacy’ que, hace tres años, conquistó Internet a golpe de Haduken.

Paperman, ¿dónde vamos?

El futuro del cine de animación es deslumbrante. Y una muestra más de que estamos en constante cambio, en constante adaptación, en constante consagración al futuro y a la tradición. ‘Paperman’, el corto que precede a ‘¡Rompe Ralph!’, utiliza una técnica que combina la animación por ordenador más innovadora con el dibujo a mano de toda la vida. Una unión que significa mucho más que un simple “nuevo estilo”. Significa que nosotros, el público -la Historia-, necesitamos la espectacularidad del ordenador que luce en ‘Up’, ‘Toy Story’, ‘Wall-E’, ‘Ratatoullie’, ‘Los Increíbles’… Pero también la paciencia, la artesanía y la magia de ‘Aladdín’, ‘La Bella y la Bestia’, ‘El Rey León’ o ‘Blancanieves’.

Somos seres repletos de contradicciones y, por tanto, fascinantes: queremos sentir el papel deslizándose por la punta de los dedos y conservar cientos de libros en nuestros ebooks; queremos un sillón y una taza de café para hojear el periódico y una tableta digital para compartir nuestros artículos favoritos; queremos una caja de cartón que proteja nuestros secretos y un pendrive donde depositar miles de años de memoria; queremos escuchar la voz en vinilo de Bob Dylan y montamos listas de reproducción con toda su discografía en Spotify; queremos ir al estreno de la última película de aventuras y, en casa, disfrutamos del catálogo online del video-on-demand. Queremos el lápiz y la pantalla. Todo en una misma linea temporal.

Sé que a muchos les cuesta ver un dibujo animado -en cualquiera de sus formatos- como un posible producto cultural que trascienda más allá de la infancia. Pero, tal vez, ‘Paperman’ y el enorme elenco de artistas que se esconde detrás de cada fotograma de cada película de animación, debería hacerles pensar en el equilibrio que guardan con la sociedad que disfruta su trabajo. ¿Ven la evolución del cine, de nosotros, detrás de su intento por unificar lo viejo y lo nuevo? Piensen en ‘The Artist’ o en la ‘Blancanieves’ de Berger, películas que buscan lo de antes con formas de ver de ahora. Pues, en la animación, es lo mismo.

Y me tranquiliza saber que en España no estamos alejados de la importancia que está adquiriendo la animación como herramienta narrativa sin complejos ni tabúes. Hay grandes trabajos ya realizados y, en agosto de 2013, tendremos uno espada más de la que sentirnos orgullosos: Justin, de Kandor. ¿O qué pensaban? ¿Que todos los aviones de papel vienen de fuera?

Perturbaciones en la Fuerza

Disney ha comprado LucasArts por una cantidad impronunciable. George Lucas y Kathleen Kennedy se hermanan con Pixar y Marvel, dejando todo su legado en manos de los amigos de Mickey Mouse. El primer movimiento ha sido anunciar que el Episodio VII de Star Wars llegará en 2015 y que será el inicio de una nueva trilogía. Sin entrar en valoraciones personales, otras perturbaciones en la Fuerza que podrían suceder de ahora en adelante:

1. ¿Está Joss Whedon (‘Los Vengadores’) más cerca de escribir y dirigir uno de sus sueños confesos, Star Wars? ¿Lo hará J. J. Abrams? ¿Sustituirá Michael Giacchino a John Williams?

2. ¿A cuántos ejecutivos se les ha ocurrido ya que en la próxima entrega de Indiana Jones aparezca Chris Hemsworth y Robert Pattinson? ¿La dirigirá Jerry Bruckheimer?

3. ¿Volverá Jennifer Connely a huir de David Bowie en una secuela de ‘Dentro del Laberinto’? ¿Habrá un remake en 3D con Kristen Stewart y Justin Timberlake?

4. ¿Veremos a ‘Howard el Pato’ protagonizar su serie de videojuegos y, posteriormente, una trilogía cinematográfica coprotagonizada por Johnny Depp?

5. ¿Aprovecharán el tirón de ‘El Hobbit’ para recuperar ‘Willow’ de su letargo ochentero y convertirlo en su particular apuesta por la otra Tierra Media?

6. ¿Cuánto tardarán en realizar la tercera entrega de Los Ewoks? ¿Haría Pixar una película de Los Ewoks? ¿Cuántos peluches venderán de Los Ewoks?

7. ¿Empezarán los wookies a hablar?

8. ¿Será Disney el acicate que necesitaba LucasArts para escribir el guion de ‘La Maldición de Monkey Island’, ‘Maniac Mansion’, ‘El Día del Tentáculo’, ‘Sam & Max’, ‘Full Throttle’, ‘The Dig’ y ‘Loom’?

 

Brave y La Luna

Es increíble la descomunal amalgama de sentimientos que Pixar consigue despertar en tan solo cinco minutos. Saben enternecer con una sonrisa, igual que lo haría un hijo en los brazos de un padre. Consiguen asombrar con un manto de estrellas que flota sobre el mar e ilusionan con la maravillosa idea de anclar tu barca bajo la luna llena. Hacen que sus personajes sean irremediablemente familiares, tanto que abrimos los ojos maravillados, sintiéndonos partícipes de una aventura fantástica que nunca nos contaron. Y al pasar esos cinco minutos, tutelados por los latidos que solo Michael Giacchino sabe orquestar, cerebro y corazón están dopados por las mismas emociones que podría provocar una ambiciosa película de tres horas de duración. Bastan cinco minutos para vibrar, reír y llorar. Bastan cinco minutos para reafirmar la admiración inequívoca por Pixar, una fábrica de sueños.

Bastan los cinco minutos del corto ‘La Luna’ que precede a ‘Brave’ para salvar la entrada y no lamentar haber pagado por una película que emborrona una filmografía espectacular.

‘Brave’ tiene tres puntos a su favor: la animación del pelo de Mérida, la protagonista, es un trabajo bestial; la belleza de los escenarios, inmensos mares y profundos bosques escoceses; y la música de Patrick Doyle, acertada, como es habitual. El resto de ‘Brave’ es una aburrida concatenación de pastiches y personajes clásicos que defraudan antes de llegar al primer cuarto de hora. Es cierto que el film parte como una apuesta más infantil, un intento de recuperar el espíritu de los clásicos de Disney. Pero, si ese era el objetivo, ‘Enredados’ le da cien mil vueltas.

Con todo, imagino que los más pequeños de casa disfrutarán con el espectáculo, que, a fin de cuentas, es la idea. Los que esperamos mucho más de Pixar seguiremos contando los días hasta el estreno de ‘Rompe Ralph’, a finales de año, con la esperanza de que ‘Brave’ se olvide con facilidad.