Primos

El concepto tiene el encanto matemático de la originalidad. Todos tienen algo que les uno pero, al final, son irremediablemente distintos. Incluso podrías enumerarlos uno a uno, por orden ascendente, como si se tratara de la respuesta a un examen. Si hacen memoria seguro que recuerdan aquellas mañanas de verano esperando a que su coche llegara con promesas de piscina, aventuras y meriendas con nocilla. Las mañanas en las que las horas previas pasaban lentas, casi a cámara lenta, mientras preguntabas al aire: “¿Cuándo llegan los primos?”

‘Primos’, de Daniel Sánchez Arévalo ( ‘Gordos’, ‘Azuloscurocasinegro’), completa el binomio que Pau Freixas comenzó con ‘Héroes’: la magia del verano. En este caso, la aventura ‘goonica’ y ochentera de los jóvenes catalanes se torna en una comedia de lugares comunes: el largo viaje al pueblo, las fiestas en la plaza, personajes que existían tres meses, amores que marcaron el después, anécdotas que se narran una y otra vez. Y, la verdad, el resultado es magnífico.

La cosa empieza con un genial monólogo de Diego (Quim Gutiérrez), en el que nos explica, con un gracejo que no le abandonará en todo el metraje, cómo le ha dejado su novia horas antes de casarse. Julián (Raúl Arévalo) y José Miguel (Adrián Lastra), sus primos, buscan desesperadamente la manera de animarle. Finalmente, deciden irse, sin avisar a nadie, a Comillas, el pueblo donde veraneaban juntos en busca de Martina (Inma Cuesta), la chica por la que Diego aún suspira.

Tiene un poco de todo: algo de ‘road movie’, un puntito ‘Resacón en las Vegas’ y un humor extraordinariamente sano. ¿El resultado? Una peli entrañable, sin peros, que ofrece exactamente lo que promete: dos horas divertidas que bailan de las sonrisa aleladas a las carcajadas que purgan el alma. Sánchez Arévalo consigue el mismo efecto que con aquellas visitas de los primos en verano: crear un buen recuerdo.

Cartelera

Buen finde para dejarse en el cine la pensión, la paga de la semana o el más improbable sueldo del mes. ¿Es usted de los que, al llegar a la taquilla, siempre se queja de que no hay estrenos para todos los gustos? Tome nota, se va usted a hartar:

Primerísimo primer puesto compartido para dos peliculones de renombre: ‘127 horas’ y ‘The Fighter’. La primera es un ejercicio parecido al de ‘Buried’, una película concebida para un único actor, James Franco (nominado al Oscar, papelazo), que revisa la historia de un ‘cañonero’ que se queda atrapado bajo una piedra. La segunda tampoco se queda corta en el plano interpretativo, con un Christian Bale que vuelve a dejarse literalmente la piel en el escenario como un yanqui exentrenador de boxeo (también nominado, pero en la categoría de secundario).

Puede que después de una semana de chiste lo que menos le apetezca sea ver un drama. Si es su caso, su opción es ‘Primos’: comedia española dirigida por Daniel Sánchez Arévalo (‘AzulOscuroCasiNEgro’, ‘Gordos’) con un Raúl Arévalo en estado de gracia, acompañado por el talentoso Antonio de la Torre, uno de los favoritos para el Goya a mejor actor por ‘Balada triste de trompeta’.

“No, pero es que con los niños no voy a ir a ver ninguna de esas cintas”. Correcto. Para usted tenemos ‘Enredados’, versión moderna del clásico cuento ‘Rapunzel’ -el de la niña forzuda que dejaba que los príncipes le escalaran por el pelo- con caballos policías y camaleones heroicos. No tiene visos de competir con los grandes estrenos de la animación, pero seguro que los zagales les encanta.

Y, por último, para los amantes del terror llega ‘La trampa del mal’. Que da miedo por dos razones: el guión (seis personas encerradas en un ascensor y uno de ellos es la reencarnación de Satanás) y por M. Night Shyamalan, su responsable, que después de los estrepitosos fracasos de su últimas obras – ¿qué habíamos hecho para merece ‘The Last Airbender’?-, tiene muchos trapos que lavar.