Querido lector, pese a lo mal que lo estamos pasando por la falta de trabajo, las muertes en Libia y, por supuesto, la imperiosa curiosidad por averiguar quién es el niño que apareció detrás de Puyol en el partido de Champions, quiero que sepas que hemos celebrado una misa en la capilla de la redacción pidiendo por tus intenciones, para que consigas tus deseos, en momentos tan difíciles como los que atravesamos.
Yo no creo en las casualidades y sí, por el contrario, en la Providencia Divina. Es por eso que no me ha sorprendido nada que Gestmusic haya anunciado que Operación Triunfo volverá a Telecinco el año que viene. Una noticia estupenda y vital que levantará las emociones del país. Era normal, después de todo, la retirada del programa que movilizó a millones de jóvenes ante su final inesperado. Ya se sabe que los tiempos no están para invertir, sino para recoger… A veces es bueno aparentar de cara a sostener un clima de confianza y seguridad ante los espectadores preocupados por una España mejor.
Quiero también que sepas que muchas de las noticias y comentarios que de vez en cuando salen en los medios de comunicación, sobre mejoras en las infraestructuras y promesas electorales, forman parte del ‘marketing’ de cara a la opinión pública, pues a la hora de la verdad, si lo analizas bien, no se suelen llevar a efecto ninguna operación. Y, si lo hacen, caen siempre en el mismo arcén de la A-92.
Lector, por una vez te pido que hagas un acto de humildad y prestes atención a las noticias que realmente importan. De lo contrario, después de tanta injusticia y continuada persecución, estaríamos perdidos; ignorantes a merced de los ricos y poderosos del mundo. Y debes saber que los banqueros son los más odiados de la sociedad en que vivimos. Y si no, mira a las monjas de Zaragoza que guardaron un millón y medio de euros en el convento, cual talentos de la Biblia.
Lector, por favor, ¡no nos dejes caer! Sería horrible.
(Fe de erratas, ya en serio: ayer, donde ponía ‘Malditos Bastardos’, debía leerse ‘Los Mercenarios’, que es la película de Sylvester Stallone a la que hacía referencia -en el blog ya está cambiado-. Vaya, que si Ruiz Mateos confiesa sus errores, yo también)