Chuache en 3D

Aprender a escribir su nombre es mayor hazaña que cualquiera de las explosiones, decapitaciones o trepanaciones que provocó en sus años mozos: Arnold Schwarzenegger, posiblemente el apellido que más veces se ha escrito bajo la técnica de ‘control c, control v’. Aunque también goza de un amplio repertorio de diminutivos cariñosos del tipo ‘Chuache’, ‘Chochi’, ‘Arnaldito’, ‘Governator’ y, en sus círculos más cercanos, ‘el tipo que dejó la economía de California en la basura’ -a pesar de haber renegado de un sueldo anual 175.000 dólares porque no lo necesitaba, todo sea dicho-.

El caso es que el vecino de Cimmeria, el hacker de Skynet, el espía que se acostaba con Jamie Lee Curtis, vuelve al cine. Sí, amigos, ¿lo dudaban? Después de sus años en política, el morbo de ver otra vez al musculitos en acción ha conseguido que los productores hollywoodienses se froten las manos cual moscas sobre un buen montón de… azúcar. Supongo que esperan repetir los éxitos cosechados en taquilla por su colega Sylvester Stallone.

Ayer, por fin, Chuache se pronunció ante las preguntas de unos insistentes periodistas: ¿Volverá a ser Terminator? ¿Matará algún Depredador? ¿Correrá por su vida en un reality? “Bueno, estoy estudiando quince posibles guiones y, entre ellos, están ‘Terminator’, ‘Depredador’ y ‘Perseguido’. Y también voy a interpretar a un personaje de cómics, que anunciaremos a principios de abril”.

Hay que ver, dos frasecillas de nada y Arnaldito me tiene inquieto. No les voy a negar que me encantaría verle en la segunda parte de ‘Los Mercenarios’, a fin de cuentas esa ‘saga’ es un género fílmico en sí misma (viejas glorias con ganas de casquería). Pero la sola idea del resto de remakes o, tiemblen conmigo, un papel tipo Mr. Freeze en ‘Batman y Robin’ (incomprendida joya de la filosofía nórdica), me llenan de congoja. Y, encima, seguro que en 3D.