Another Year

Las historias cotidianas que suceden en las vidas cotidianas de la gente cotidiana suelen pasar inadvertidas al espectador cotidiano. ‘Another Year’ es una película pequeña repleta de diálogos enormes -en el tiempo y en el espacio- que describen ese concepto tan indiferente, tan indeseable: la soledad. No sé si es por la continua presencia del alcohol en escena o por el desfile de personajes y sus traumas, descriptivos de una sociedad moderna y ajena, pero la película de Mike Leigh (‘El secreto de Vera Drake’) deja una sensación muy ‘Dublineses’, de James Joyce.

Tom y Gerri, además de formar un nombre de dibujos animados, son amantes desde que ambos tienen memoria. Novios, aventureros y matrimonio idílico que abre sus puertas a sus amigos, hombres y mujeres que vieron pasar su juventud y que ahora adolecen los errores que no supieron cometer. El divorcio, la envidia, la infelicidad de un empleo angustioso y la muerte disfrutan de la hospitalidad de la idílica pareja.

Nominada al mejor guion en la pasada edición de los Oscar, los diálogos son una auténtica maravilla literaria. Puro teatro. Pura poesía. Pura novela realista hilvanada con drama, humor y romanticismo. Sin embargo, con ‘Another Year’ sucede igual que con ‘Dublineses’: no puedes abusar. Leer un capítulo de la novela es un gusto. Empeñarse en terminar la novela del tirón, puede resultar agónico.

El problema de la película es que no puedes parar el proyector de la sala, salir, despejarte y volver a entrar. Porque, la verdad, la segunda hora se hace un tanto cuesta arriba. En realidad, creo que se disfrutaría más viendo cada una de las cuatro partes que componen el filme (primavera, verano, otoño e invierno) como dosis independientes. Mucho más.

‘Another Year’ es una película reflexiva sobre lo vivido en la que se encontrarán más fácilmente aquellos que estén cercanos a la jubilación. El resto, esperaremos.