Que pique, que para eso lo digo: somos unos catetos. Y es un ‘somos’ general, sin apuntar con el dedo a nadie en particular, pero que debe dolernos a todos. Una sala. Una única sala de Granada, Almería y Jaén, proyecta ‘The Artist’ en el día de su estreno. Una única sala para la cinta que parte como candidatura favorita a los Globos de Oro y a los Oscar y a todos los premios que se pongan por delante. Una única sala para el estreno que silencia a la todopoderosa ‘Misión Imposible 4’ y a cualquier otra chorrada crepuscular que aún pueda seguir en cartelera. Que viva la cultura y olé.
Esta historia, lamentablemente, no es nueva. Ahora bien. Uno entiende -y sufre- que ciertas películas que no entran por los ojos del gran público sean maltratadas por las distribuidoras (‘Attack the block’, por ejemplo). Eso sin tener en cuenta el feo constante que sufrimos con los mal llamados estrenos que llegan a nuestros cines con varios meses de retraso. Y claro, entonces llega el andaluz de pro, conocido por su aire constante de fiesta, su escasa ambición y su más que practicada incultura general, y decide tirar de Internet para descargar en calidad HD o Blu-Ray películas que no llegan o llegan mal a nuestras ciudades.
Pues perdonen que les diga, amigos distribuidores, pero estas chorradas son las que hacen que en el sur nos sintamos discriminados y mirados por encima del hombro. Tratados como paletos de pueblo que no distinguen un gusanito de una ostra, que son felices con un trozo de pan y una caseta de feria. Maldita sea, ¡déjennos elegir! Es que esto es el colmo. Y conste que entiendo que la taquilla de ‘Misión Imposible 4’, peli, por cierto, que estoy deseando ver, será descomunal y que el negocio que genera será fantástico. Pero de ahí a no conceder ni un hueco a otras… eso es miserable. Una invitación, en toda regla, a la piratería.
Desde aquí mi apasionado mensaje de agradecimiento a ‘Multicines Centro’ de Granada, el único cine de Andalucía Oriental que ofrece cuatro sesiones al día para ver la exitosa ‘The Artist’. Una película a la que ningún productor quería apoyar por ser extremadamente arriesgada y que ahora, todos ellos, lloran en silencio por no haber confiado en su magia.
Espero que lloren muchos más.