La más grande

Hay directores que tienen el ego muy grande. Muy mucho. Y en 3D, para más inri. Aunque, la verdad, tienen algo de entrañable. Esa competición por ver quién pone el robot más complicado, el bicho más grande y la proyección más enrevesada, parece sacada de las duchas de un campamento de verano. Ya sabíamos que Peter Jackson estaba rodando ‘El Hobbit’ en 48 fotogramas para conseguir una imagen más nítida que se traducirá, por supuesto, en un incremento del precio de la entrada.

Lo de los fotogramas de Jackson fue un dardito envenenado a James Cameron, erigido por él mismo como el rey del mambo de la tecnología fílmica. Un recordatorio de que hay otras innovaciones posibles que no necesitan gafas de plástico. ¿Cuál fue la consecuencia? Un pensamiento parecido a este: «¿Sabes qué sería mejor que una película a 48 fotogramas por segundo? ¡Una a 60!» Acto seguido, cuando aún resonaba la risa maléfica en el castillo de Cameron, una segunda idea pasó por su cabeza: «¿Y qué hay mejor que una película a 60 fotogramas por segundo? ¡¡Tres!! ¡¡Bwajajajaja!!» (Disculpen la teatralidad, es que me divierte mucho imaginar la escena)

Efectivamente, el defensor de los seres azules ha anunciado que planea rodar tres películas, tres secuelas de ‘Avatar’, al mismo tiempo, en plan ‘El señor de los anillos’ o ‘Matrix’. Ya no es solo el hecho de que tendríamos entregas de la saga en 2014, 2015 y 2016, sino la desproporcionada inversión de rodaje que supone. Si una ‘Avatar’ sola cuesta miles de millones de euros, imaginen tres a la vez. Se cae la prima.

Visto como fan y devorador de sagas, entiendo que se mantiene una atención y un marketing continuado que dará muy buenos beneficios. Por otro, las cosas como son: visto con perspectiva, las mejores sagas tienen años de separación entre una parte y otra. Está comprobado que eso de hacer películas como churros no favorece las buenas críticas.