Invasor

Estoy francamente sorprendido con las malas críticas y la fría acogida en salas que ha tenido ‘Invasor’, de Daniel Calparsolo. Una película española que de tener un primer espada hollywoodiense y una promoción bestial a sus espaldas, habría entrado, no me cabe duda, de lleno en el top tres de los estrenos del fin de semana. Básicamente por una razón que, al contrario que la mayoría de mis colegas, me parece evidente: es una gran película. Tiene una acción contundente y bien rodada, un elenco de actores que no comen pavo ni celebran el día de acción de gracias pero que son extraordinarios y talentosos profesionales, un guion intrigante y la siempre agradable sensación de querer saber más.

Pablo (Alberto Ammann) y Diego (Antonio de la Torre) son dos médicos militares que, en su último día de misión en Iraq, en 2003, sufren un ataque inesperado. Pablo despertará en Galicia, varias semanas más tarde sin recordar cómo llegó hasta allí. Tras reencontrarse con su mujer (Inma Cuesta) y volver a su hogar, empieza a recordar ciertos fragmentos de aquellos días. Días que el Gobierno, guiados por un misterioso agente (Karra Elejalde), quiere mantener en lo profundo del olvido.

No guardo complejos: ‘Invasor’ merece estar en una lista de grandes películas del cine español de la última temporada. Por detrás de ‘Grupo 7’, ‘Lo Imposible’, ‘Blancanieves’ o ‘Celda 211’, entre otras; pero en ésa misma lista. Hablamos de un cine que combina sabiamente entretenimiento y profundidad, un producto digno y noble, que merece una sala repleta y sesiones a todas horas.

Es cierto que la cinta de Calparsolo tiene algún que otro giro de guion que, de haber estado en mi mano, hubiera escrito de otra manera. En particular el final, excesivamente ‘anticlímax’ para mi gusto. En cualquier caso, es un placer ver en pantalla a Ammann, de la Torre (posiblemente uno de los dos mejores actores del momento, siempre genial), Cuesta y Elejalde (posiblemente, el otro).

Yo creo en este cine español.