Hubo un tiempo en el que ver a Arnold Schwarzenegger en pantalla era motivo de fiesta. Los chavales de mi generación no guardábamos complicaciones; ninguna duda: «¿Hay peli nueva de Arnold? ¡Al cine!» Nunca nos importó la calidad cinematográfica de sus producciones. Visto con perspectiva, Schwarzenegger ha hecho, a lo largo de su carrera, distintas versiones de un mismo personaje. Y siempre nos gustó.
Los más pequeños de casa quizás no entiendan lo que significaba tener a Arnold, Sylvester o Willis en cartelera. Supongo que será algo parecido a lo que sienten ahora algunos y algunas por Robert Pattinson, Miley Cyrus y Justin Bieber… Demonios, qué ejemplo más horrible. Espero que no sea verdad, implicaría que la generación actual no tiene salvación. Sea como sea, la política nos quitó al héroe de acción por excelencia de los 90 y hoy vuelve con ‘El último desafío’, película dirigida por el koreano Jee-woon Kim.
Ayer escuché un chascarrilo muy gracioso sobre el regreso del protagonista de Terminator. Un hombre de mediana edad, pongamos unos cuarenta y cinco, le decía a otro, en el autobús, que Chuache volvía al cine. Lo curioso es que hablaba muy consternado: «Ya verás tú. Ya nos la jugó Clint Eastwood, ¿te acuerdas? Se fue y volvió con los ‘Puentes de Madison’. ¡A ver si se pone éste también en plan melodramático!»
Lo dudo. La última vez que vimos en el cine a Schwarzenegger fue en la épica ‘Los Mercenarios 2’, aunque su último papel protagonista fue en 2002, con ‘Daño Colateral’. Pero los clásicos siempre vuelven y Arnold regresa a la palestra. El actor y exgobernador tiene una imponente lista de proyectos para celebrar su segunda –o tercera– juventud. No sé ustedes, yo me muero de ganas de volver a verle como el Rey Conan.