Distrito 9’ (2009) estableció dos verdades: la ciencia-ficción guarda, siempre, un as en la manga y Neill Blomkamp, su director, tiene mucho que decir. Su primer trabajo fue un admirable ejercicio de imaginación y crítica que contaba más verdad que muchos documentales, periódicos e informativos nacionales. ‘Elysium’, protagonizada por Matt Damon, es su próximo estreno (agosto 2013) y, sin serlo, da la sensación de que asistimos a una suerte de secuela en la que Blomkamp profundiza en su análisis de la sociedad, de los ricos y los pobres, de la desigualdad entre norte y sur.
Puede que sea una casualidad sin la más mínima relación, pero desde que Blomkamp estrenara ‘Distrito 9’ y fuera nominada al Oscar, tengo la sensación de que la ciencia-ficción ha ganado interés. Vale que ‘Prometheus’, la que debió ser el gran estreno del género de 2012, no funcionó como esperábamos. Pero qué duda cabe de que hay más interés que nunca por distribuir un producto que sobrepase la pasión de cuatro –orgullosos de serlo– freaks y alcance a la gran masa. ‘Origen’, por ejemplo.
Este fin de semana se estrena ‘Oblivion’, protagonizada por Tom Cruise e impulsada con el beneplácito de la mayor parte de la crítica. Atentos a todo lo que nos queda hasta final de año: ‘Un amigo para Frank’, ‘Riddick’, ‘El juego de Ender’, ‘Los Juegos del Hambre: En llamas’ y, mis dos películas más esperadas, ‘Star Trek: En la oscuridad’ y ‘Pacific Rim’. Esto en el cine. Pero resulta que la televisión cuenta con el estreno más prometedor de la ciencia-ficción: ‘Defiance’, una serie con un aspecto sensacional que llega este mes de abril a Sy-Fy, definida como mezcla de ‘Mass-Effect’, ‘Gears of War’, ‘Battlestar Galactica’ y ‘Firefly’. Ahí es nada.
Supongo que todo es un síntoma más: nos gusta inventar futuros en los que las guerras sean contra enemigos comunes. No contra fantasmas financieros, burbujas inmobiliarias, índices que bajan y reuniones de señores que fuman puros. Los aliens, bichos y robots gigantescos son más fáciles de digerir. Y de entender.