Lo más grande

Los éxitos de otros, cuando pasan por un filtro personal, se sienten como propios. Es el caso de la que es una de las más grandes series de televisión de la historia: Breaking Bad. No tenía duda de que sería la gran triunfadora de los Emmy. De hecho, debería crearse la categoría correspondiente para recibir un Oscar. Lo que haga falta. Hace poco escuché «cuando veo Breaking Bad me siento como si fuera uno de los primeros lectores de ‘La divina comedia’ y supiera que iba a trascender». Es verdad.

Caballeros, la epopeya de Walter White (Bryan Craston) es incombustible. Lo fue desde el primer capítulo, pero es que los últimos ocho episodios están siendo portentosos. A falta del broche final, la obra de Vince Gilligan es un derroche de talento formal que nace de una virtud todopoderosa: la escritura. Esa sensación de ver un episodio de la cuarta temporada y entender mejor los primeros capítulos. Esos guiños constantes al propio Walter, cambiando su forma de vestir, de comer, de hablar… Esa percepción del villano.

Del valor de una idea que en la vida real repugnaríamos y que en la piel de este profesor de química la aceptamos, la mimamos, la entendemos. La queremos.

Éxito. Al final esa es la lectura global de ‘Breaking Bad’. El éxito o, como lo define el propio White, «el imperio». Este verano, en la Comic-Con de San Diego, tuve la suerte de asistir a la presentación del final de la serie. Más allá de la anécdota (Bryan Craston entró en la sala con una máscara de Walter White; luego supimos que se había estado paseando por la Comic-Con disfrazado de él mismo), lo que más me gustó fue que me creí las palabras de Gillian: «estamos orgullosos”.

En esta vorágine de contenidos audiovisuales es difícil encontrar ‘orgullo’ sin una importante contaminación de exigencias de la productora, de favores publicitarios y de una insultante protección al espectador («esto no les va a gustar», «esto no va a vender»…). ‘Breaking Bad’ funciona porque es auténtica. Y la autenticidad se paga bien en taquilla.

Taquilla que muchas veces no coincide con la crítica. Qué gusto cuando todo encaja. Cuando todo se hace grande.

Mi enhorabuena, de principio a fin, de arriba a abajo.

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¿El final de Breaking Bad, en el cine?

Tomemos ‘Perdidos’ como la serie referencia, la que ha conseguido abarcar -y aunar- a más seguidores a lo largo y ancho del planeta. Imaginen que hace tres años alguien les hubiera dicho que la season-finale de ‘Perdidos’ se iba a emitir en el cine, como si se tratara de una película. ¿Qué creen que hubiera pasado? Yo apuesto por el éxito rotundo.

Eso mismo plantea el director de cine Steve Soderbergh (‘Efectos secundarios’), un gran seguidor de ‘Breaking Bad’. En una entrevista publicada en la revista Empire, el cineasta planteaba que «si el final de la serie se proyectara como una película, barrería con la taquilla».

La bajada a los infiernos de Walter White es cine rodado para la televisión. Da la sensación de que toda la serie, todo el proceso narrativo, todo el puñetero guión, estaba escrito desde el primer minuto. Casi se pueden percibir, vistas las siguientes temporadas, las anotaciones a pie de página que se dejaban entrever en los primeros capítulos. Breaking Bad, una novela grande, enorme, moderna y cinematográfica.

¿Que si yo estaría dispuesto a pagar para ver el final de la temporada de Breaking Bad? Por supuesto que sí. Y no haría falta que gastaran más de lo previsto en el presupuesto televisivo. Lo previsto, estoy seguro, será brutal.

¿Pagaríais?

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ACTUALIZA: Samuel L. Jackson ha compartido este vídeo en el que confiesa su pasión por Breaking Bad reinterpretando el sensacional monólogo de Walter White: «I am THE danger».

De Walter White a Looper

Sé que voy retrasado, pero estoy disfrutando ‘Breaking Bad’ como el que más. ¿La han visto? Es una de esas series que parecen escritas desde el principio, sin dejar ningún cabo suelto (o ‘perdido’, guiño, guiño). El profundo camino a los infiernos de Walter White es una delicia audiovisual que celebra este magnífico momento que vive la televisión. Pese a que ya se ha emitido la segunda mitad de la quinta temporada, yo acabo de arrancar la cuarta, sin salir de mi asombro. Espectacular.

Pero de lo que quiero hablarles es de Rian Johnson, director de varios capítulos de ‘Breaking Bad’ que, tras varias películas de pequeño calado (‘Los hermanos Bloom’ y ‘Brick’) ha creado una brutal expectación entre los amantes del cine de ciencia-ficción con su próximo trabajo: ‘Looper’. Los periodistas americanos que han podido ver la película en los pases de prensa ya hablan de la que será “una de las mejores películas del año”. Y, la verdad, lo visto hasta la fecha me tiene encandilado.

Sabemos que ‘Looper’ retoma los viajes en el tiempo pero, en esta ocasión, con una componente negra y criminal: la mafia utiliza la tecnología para enviar a sus enemigos al pasado y asesinarlos en otra época. A la premisa, que me resulta la mar de interesante, sumamos a Bruce Willis (que prepara otra ‘Jungla de Cristal’) y Joseph Gordon-Lewitt (‘Origen’, ‘El Caballero Oscuro’, ‘500 días de verano’). El primero vive una segunda (o tercera) juventud y el segundo es, a mi gusto, uno de los actores más polifacéticos de la actualidad.

‘Looper’ se estrena el próximo 19 de octubre en España, un par de semanas más tarde que en USA. Y ‘Breaking Bad’ termina, definitivamente, en 2013. Entre tanto remake y fórmulas preconcebidas, es una alegría ver historias que no tienen una comparación directa con nada, ¿verdad? Aunque bueno, seguro que en diez años tenemos la precuela de ‘Looper’ en cartelera y una versión protagonizada por Taylor Lautner de ‘Breaking Bad’. Tiempo al tiempo.

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