Primavera electoral

Siempre me aterrorizó la masa. No me refiero al increíble Hulk, que en según qué circunstancia también. Hablo de la masa social. La masa que comparte un único pensamiento porque es lo que toca, porque es más fácil, porque no hay que meditar, porque no exige esfuerzo. Supongo que se resume en razonar. En ser capaz de aplicar un criterio personal a los retos que se nos plantean cada día. Es como esa gente que, pase lo que pase, sabe quién ganará un debate mucho antes de que se pronuncie una sola palabra. ¿Cómo puede nadie legitimar una posición si no es capaz de ver lo bueno y lo malo que tienen los demás? ¿Cómo es posible que todo lo que diga el del bando contrario sea malo y lo del mío sea bueno? La masa.

Cada año, con la llegada de la primavera, recuerdo la película de Nima Nourizadeh, ‘Project X’ (2012), una metáfora bestial sobre el macrobotellón que, a ratos, se queda corta. No tengo nada en contra de celebrar la llegada de la primavera con un gran brindis. Sí lo tengo, como les digo, con la masa. ¿Cuántos jóvenes entenderán que pueden hacer lo que les dé la gana este viernes porque la mayoría –la masa– lo hace? Y esa es la guía para todo. Una guía zombie. Eso es: zombies. Zombies que atacan en masa un objetivo sin pensar en nada. Masas de zombies que actúan porque sí.

Me gustaría creer que, tanto para celebrar la primavera como para votar en las elecciones andaluzas, actuaremos con criterio. Deseo, de corazón, estar completamente equivocado y leer titulares que narren la muerte de la masa y el alzamiento de la razón. Pero lo cierto es que no las tengo todas conmigo.

Por cierto, ¿están viendo ya la tercera temporada de ‘House of Cards’? Yo estoy liado. Llevo unos cuantos capítulos. Y todavía sigo impresionado con el discurso del segundo episodio. Es curioso ver cómo las mentiras bien hechas construyen la verdad… Me pregunto cuántas verdades de mentira leeremos de aquí al lunes. ¿Tendremos un Frank Underwood que guíe a la masa y no lo sabemos?

undewood