Querido John

Bazofia monumental y revenida que amargará su existencia a través de dos horas de insufribles estereotipos y metáforas del amor a la patria sabiamente traducidas al castellano por ‘americanadas’. ‘Querido John’ es el drama romántico que desbancó a la todopoderosa ‘Avatar’ del número uno de la taquilla estadounidense. Y eso dice tan, tan, tan, tan, tan, tan poco de ‘Avatar’ que da miedo.

John (interpretado por el cacofónico y aliterado Channing Tatum) es un malote surfista que pasaba los días bebiendo y metiéndose en broncas hasta que, por fin, se unió al ejército estadounidense. Y se hizo bueno. Un verano de permiso conoce a la chica en cuestión y se enamoran perdidamente. Dos semanas dan para mucho. Él tiene que volver a la guerra y ella a la universidad. “¿Pero qué es un año esperándote después de estas dos semanas tan maravillosas?”, dice ella. Él, metido en su papel monosilábico, responde: “vale”. Ella, obnubilada por los hoyuelos de Tatum, le hace un último ruego: “Solo te pido una cosa. Escribe todas las noches todo lo que has hecho durante el día. Pásalo a ordenador y envíamelo por email”. John, que es de las fuerzas especiales y, por tanto, muy inteligente, le avisa: “Lo de tener Internet allí es complicado… mejor por correo ordinario”.

A partir de ahí comienza la oda al servicio postal estadounidense con misivas que van y vienen como lágrimas en la constelación de Orión. El patriotismo exacerbado sólo queda eclipsado por la histórica verdad de que, al final, las mujeres son las que tienen la sartén por el mango, aunque usted, como John, esté jugándose la vida por su país en territorio hostil.

El trabajo de Channing hay que respetarlo por dos cosas. Primero, por sus orejas. Hay un juramento que nos une a todos los que tenemos grandes y prominentes lechugas por el que nos defendemos unos a otros. Pero eso no es lo único que convierte a Tatum en un excelente artista. Uno sabe que alguien es un buen actor cuando, después de cada frase, aprieta la mandíbula para que se vea lo compungido que está. Es una técnica profesional que sólo unos cuantos han conseguido masterizar (Robert Pattinson, Taylor Lautner y poco más).

Pero ‘Querido John’ es excelente gracias al mejor diálogo de la Historia del cine. Ella le dice a él: “Después de estar tanto tiempo con tu padre, he decidido cambiar de carrera. Voy a estudiar Educación Especial”. “¿Por qué?”, pregunta John. “Porque debe haber alguna explicación a que esté como está. ¿No es autista? ¿Retrasado?” “No, no es nada de eso”, termina, magistral, Tatum. Menudo dramón.