¿Saben esa sensación de “voy a echar el rato viendo algo por pasar las horas muertas y no contar los minutos en una aburrida tarde de verano y terminar encantado con una película que no prometía nada pero que sorprendentemente te ha dejado con una sonrisa complaciente y un buen rollo friki como hacía tiempo que no tenías”? Pues eso, ni más ni menos, es ‘Paul’.
La tardanza en llegar a nuestras pantallas y una promoción basada en que Santi Millán pone la voz al bueno de Paul, no han ayudado a promocionar una película que debería sentar sus puntos fuertes en tres nombres propios: Greg Mottola (‘Supersalidos’, ‘Adventureland’), Nick Frost (‘Shawn of the Dead’, ‘Radio Encubierta’) y Simon Pegg (‘Shawn of the Dead’, ‘Star Trek’), tres genios del humor cuyos trabajos, poco a poco, se han hecho un hueco en el género, ganándose el cariño del espectador alternativo y menos comercial.
Clive y Graeme (Frost & Pegg) son dos frikazos británicos que viajan a EE.UU. para asistir a la Comic-Con de San Diego. Su plan, además, es peregrinar en caravana hasta Roswell, el emblemático lugar que ha centrado tantos guiones de ciencia ficción. Tras un pequeño accidente, se encuentran con ‘Paul’, un extraterrestre que vive el ‘Bob Marley way of life’, cuenta chistes verdes, le gustan las barbacoas y, de paso, tiene los secretos de la creación del universo. Los tres forjarán una amistad al tiempo que huyen de una patrulla del FBI que quiere experimentar con el cerebro del alienígena.
Es cierto que los lectores de cómics, los consumidores voraces de películas de culto y sci-fi y, en definitiva, todos los que se hayan sentido alguna vez identificados con ‘The Big Bang Theory’, disfrutarán más de los innumerables guiños de ‘Paul’ (desde Indiana Jones hasta Cocoon, pasando por ‘E.T’, Kill Bill o Star Wars), pero el buen hacer de Mottola y la fina crítica e ironía del guion (escrito por los propios Frost & Pegg, por cierto) harán que esas horas muertas se transformen en un estupendo entretenimiento.