Los niños que se ponen malos

Los niños son así, geniales en su esencia. Por eso me fastidia sobre manera cuando no se les escucha. O algún adulto inepto sentencia con un “qué cosas tienes” o “estos niños”. Dicen verdades que nos superan, que no podemos explicar y, por eso, nos vamos por peteneras. Para no afrontar la única y auténtica verdad: con los años nos volvemos idiotas. El otro día, un amigo me contaba que su hijo se había puesto malo en la guardería. Al parecer, eso es algo normal en las clases de los pequeños -tienen que fortalecerse, los fenómenos-.

El caso es que de una tos a otra, de las manos de unos a las manos de otro, de un juego al siguiente, casi todos los zagales cayeron enfermos. Contagiados por un virus que les dejaba el estómago vacío y la frente ardiendo. Los pobres. Pero, claro, se fueron curando. Cuando por fin llegaron todos los niños al aula, sanos, uno de ellos le dijo a la seño que no quería venir más al cole de los pequeños, que no quería ponerse más veces malo y que si no la veía más, que le perdonase.

La seño, enternecida, le explicó que era normal ponerse malo. Que hay bichitos por el aire que están siempre a nuestro alrededor pero que, cada día nos ponemos más fuertes para que, cuando seamos mayores, no estemos malitos. La turba infante dio por válida la explicación de la maestra. Con excepción del que había iniciado la conversación. “¿Y no podríamos dejar de pegarnos los bichos?” La profesora, que vio una oportunidad de darles un mensaje que pudieran aprovechar, le respondió que la mejor manera para evitar que un bicho te ponga malo es comer todo lo que nos dicen papá y mamá: incluido la fruta, el pescado y la verdura.

“Ah -dijo el pequeño; y ahora viene lo bueno-. Y, si es tan fácil, ¿por qué no come todo el mundo bien y así matamos a los bichos?” La profesora, aturdida por la inmensa lógica del alumno, no supo qué contestar. ¿Quién sabría? Así que salió, cómo no, por peteneras: “Qué cosas tienes, es que las enfermedades se contagian de muchas maneras más”. El niño, impertérrito, terminó: “¿Y cómo se contagia la salud?”

Hoy se estrena ‘Contagio’, de Steven Sodenberg.