Noto una conmoción en la fuerza. En este afán tan desmesurado de llamar la atención, de reclamar protagonismo, los Globos de Oro, galardones que conceden, recuerden, la Asociación de la Prensa Extranjera de Hollywood (¿extranjera de Hollywood qué significa? ¿Todo el mundo? ¿Nueva York es extranjera de Hollywood? ¿votan periodistas armenios? Preguntas que me surgen, oigan), ha premiado a ‘Argo‘ y ‘Los Miserables‘. Y, no sé por qué, pero me da en la nariz que no van a coincidir casi en nada con los Oscars.
Por lo pronto, está claro que Ben Affleck no será el mejor director. Ni siquiera está nominado. Y, francamente, me posiciono al otro lado de la prensa internacional: ¿Nuevo batacazo de Spielberg en los Oscars? No creo. De hecho, creo que han diseñado una estrategia muy bien orquestada para ensalzar el patriotismo de ‘Lincoln’ con titulares entre signos de admiración. Y luego está el asunto de ‘Los Miserables’, que, en mi quiniela personal, se da un batacazo importante contra Daniel Day-Lewis, Jennifer Lawrence, Sally Field y el resto de candidaturas.
Pero el asunto realmente importante de este año, el que quedará en la memoria de los premios de 2013, es la extraña y grisácea conexión entre el cine, la CÍA y los principios básicos del patriotismo americano. Como decía ayer el cuate Jesús Lens, el auténtico ganador de los Globos de Oro es la Inteligencia Americana, que se ha dado un espectacular lavado de imagen con ‘Homeland‘, ‘Argo’ y ‘La noche más oscura’. Si a eso le suman el carácter sociológico de ‘Lincoln’ y ‘Django’, películas que versan sobre la esclavitud y la forja de los USA más modernos, tendrán un cocktail yanqui de lo más ‘interesado’.
En la categoría de animación, también considero que habrá intercambio de papeles. Espero que el tito Oscar aparte por un momento las obras cumbre de Pixar y acepte, con rotundidad, que las mejores del año son ‘Rompe Ralph’ y ‘Piratas’. Y, hablando de lo divino y lo humano, la gala de los Globos de Oro fue bastante entretenida. Esperemos que tomen nota los amigos Oscar y nos den una madrugada de palomitas y espectáculo, a poder ser, con Stallone y Schwarzenegger dando un premio.
Conclusión, los Globos de Oro: ¿antesala de qué? Sólo hay una cosa segura: ‘Amor‘ ganará.