Zimmer & Giacchino

En una clase de escritura creativa nos invitaron a describir lo que veíamos mientras sonaba una música de fondo. El blanco se difuminó en cuestión de segundos, lo que mi infatigable boli bic tardó en divisar un barco pirata a lo lejos, en una fina línea que dividía el horizonte en cielo y mar. La nave avanzaba a toda vela, impulsada por los violines, los redobles y la emocionante estampa de una isla del tesoro que cada vez se hacía más y más grande, al ritmo de la melodía. Lo que no sabíamos -ni yo, ni los miembros de la tripulación del ‘Libertad’, mi barco- es que el tintineo del piano acechaba una línea más abajo, cuando los piratas aparecieron de improviso al grito de “¡al abordaje!” Épica lucha de espadas en ristre y cañonazos traicioneros que causó bajas dolorosas y una batalla inolvidable.

La música. Dicen que es el arte más completo, complejo y complaciente de todos. Qué facilidad para despertar la imaginación y hacernos volar, brillar, amar, correr, gritar, otear, crujir y bailar. En el mundo del cine hay dos nombres que me obsesionan: Michael Giacchino y Hans Zimmer. Sus dos últimos trabajos ya se han estrenado en Estados Unidos y los disfrutaremos aquí dentro de relativamente poco. Ese retraso favorece que, por ejemplo, escuchemos sus bandas sonoras antes de, si quiera, haber visto la película.

‘El hombre de acero’ (Zack Snyder), se estrena el próximo viernes 21, con música de Zimmer. ‘Star Trek: en la oscuridad’ (J.J. Abrams), el 5 de julio, con Giacchino. Y, sin embargo, llevo semanas obsesionado con dos temas de sus films. Como en aquella clase de escritura creativa, recreo el introspectivo vuelo de Clark Kent con ‘Man of Steel (Hans original sketchbook)‘ y asisto a la tripulación del Enterprise con el sinuoso, aventurero y terrorífico piano de ‘London Calling‘.

Sé que no es normal. Que no soy normal. Que las personas normales tienen paciencia y esperan sentados a que su cine cuelgue la cartelera correcta. Pero vivo en un mundo globalizado por Internet, que me puntúa las películas meses antes de que lleguen, que cuelga posters y decenas de tráilers, que comparte la música en Spotify; sin fronteras ilegales. Todo justo, todo pagado, todo igual. ¿Por qué nos hacen esperar tanto?

Queda menos para ver lo que otros escribieron con las músicas de Giacchino y Zimmer. Veremos si coinciden sus versiones con las que ya hemos imaginado con sus melodías.