Los próximos tres días

Una vez que la tragedia está servida, el profesor John Brennan (Russel Crowe) lanza la pregunta en una de sus clases de literatura: “¿De qué habla El Quijote?” Unos minutos más tarde, después de ver la torpeza de sus alumnos, responde: “Tal vez, la novela de Cervantes trate sobre cómo la fe en la verdad es más fuerte que la verdad en sí misma”.

Esta espada de doble filo es el motor de ‘Los tres próximos días’, la última película de Paul Haggis (‘Crash’), en la que el director pone en la balanza dos elementos muy presentes en su filmografía: la ley y la ética. Lara Brennan (Elizabeth Banks, ‘W.’, ‘Spiderman’) es acusada del asesinato de una mujer. Y hay pruebas más que suficientes para sentenciarla a más de 25 años de cárcel, sin ningún temor a equivocarse. John, su marido, pese a los consejos de familiares y amigos, decide creer en ella (“la mujer que yo conozco mejor que nadie”) y trazar un plan para liberarla y fugarse lejos de allí. A cualquier precio.

Haggis maneja con habilidad la narración, transformando un predecible drama lacrimógeno en una emocionante cinta de acción que explota, sobresaliente, en el último tercio del metraje. Así, el cocktail de emociones y debates éticos que se desarrollan durante la presentación y el nudo, terminan convirtiéndose en una trepidante toma de decisiones maquiavélicas: “el fin justifica los medios”.

Como en casi todas las películas en las que participa Russell Crowe, el actor consigue brillar muy por encima del resto del casting, en el que destacan los cameos de Liam Neeson como un experto en fugas de prisiones, y de Olivia Wilde (13, en House), que no hace gran cosa pero siempre es un placer tenerla en pantalla.

‘Los tres próximos días’ es la cuenta atrás de la razón de un hombre que cree en una verdad muy por encima de la verdad oficial. Y, encima, es muy entretenida.