Juego de Tronos, capítulo 9 de la tercera temporada: ‘La boda roja’. Episodio francamente esperado por los lectores de George R. R. Martin y todo un ‘shock’ para los espectadores de la serie. Así que, estimado lector, permitan el uso de mayúsculas, no quiero dejar heridos por el camino. Peligro: SPOILERS a continuación. No, en serio, si no han leído el tercer tomo de la saga o están pendientes de ver el citado episodio que se emitió anoche en España, dejen de leer este post. Ya. Fuera. Vamos, vamos, vamos.
Luego llegará el borde de turno y dirá que no avisé. Aviso otra vez: Juego de Tronos 3×09, la boda roja. ¿Lo has visto? Sigue leyendo y te cuento qué hecho histórico la inspiró. ¿Que no lo has visto? ¡Corred insensatos!
Un último intento de salvaros de una lectura dañina. Los amigos yankis se graban viendo ‘la boda roja’ y sale este divertido vídeo que también contiene spoilers (no pulsen en Play). Después del vídeo, les cuento la anécdota histórica.
Empezamos. Juego de Tronos: la boda roja y la masacre que la inspiró.
George R.R. Martin confesó que para escribir la Boda Roja (bien descrita por muchos como tragedia griega) se inspiró en un terrible episodio de la Escocia Medieval. En noviembre de 1440, los principales hombres del Clan ‘Black Douglas’ fueron invitados a cenar con el joven Rey de Escocia en el Castillo de Edinburgo. Pese a que habían tenido importantes disputas, les aseguraron que su vida no corría peligro. Como en las tierras de Poniente, Escocia estaba repleta de familias nobles que gozaban de gran poder, como los Douglas. La cena era un momento para acercar posiciones, iniciar un diálogo y posibilitar la paz.
Sin embargo, el propio Martin relata lo que sucedió: «Al final del festín, los hombres del Rey empezaron un redoble de tambores. Trajeron una bandeja tapada con una tela y la pusieron frente al Conde Douglas. Al destaparla, apareció la cabeza de un jabalí negro. El símbolo de la muerte».
Efectivamente, la cabeza de la bestia fue la señal y los soldados del rey masacraron a sus invitados. Cuatro siglos después, el poeta Walter Scott escribió este poema (¿alguien se anima a hacer la traducción?):
Edinburgh castle, toune, and towre,
God grant thou sink for sin;
And that e’en for the Black Dinner,
Earl Douglas gat therein.
Y así fue como Martin se inspiró para escribir la Boda Roja.