Seis claves de los Globos de Oro: de Eddie Redmayne a Frank Underwood

Uno. Eddie Redmayne. Ha conseguido lo mismo que Benedict Cumberbatch con ‘The Imitation Game’: tiene toda mi atención. Muero en ganas por ver ‘The Theory of Everything’ y su versión de Stephen Hawking. Ahora bien. Desde la primera vez que le vi (en la serie Los Pilares de la Tierra, si no me equivoco) pienso que tiene una cara extraña, como si fuera un anciano milenario encerrado en un cuerpo artificial que hay que regar por las noches. Es raro.

Dos. True Detective es la gran perdedora, no de los Globos de Oro, del año. La serie ha contado con la complicidad de crítica y espectadores, pero, finalmente, no se lleva nada. Sí lo hacen ‘Fargo’, que prometo empezar a ver esta semana, y ‘The Affair’, que consolida la rumorología: es el pelotazo de la temporada.

Tres. Kevin Spacey está por encima. Gana el Globo de Oro a mejor actor y se da el gusto de cerrar sus agradecimientos interpretando a Frank Underwood: «Esto es el comienzo de mi venganza». Personaje y actor merecen todos los halagos. Es de lo mejor de los últimos años.

Cuatro. Dos evidencias: ‘El Gran Hotel Budapest’ y ‘Cómo entrenar a tu dragón 2’. Dos joyitas que merecen todas las estatuillas que se inventen.

Cinco. Para los Oscar: la paciencia de Richard Linklater con ‘Boyhood’ gana el primer round a la inspiración de Iñárritu con ‘Birdman’. Un duelo muy interesante al que, parece, no hay tercer invitado.

Seis. Uno de mis comentarios favoritos de la noche, de Tina Fey: «George Clooney se casó con Amal Alamuddin. Amal es una abogada que defiende los derechos humanos, que ha trabajado en el caso Enron (la quiebra de una empresa de energía estadounidense), como consejera de (el exsecretario general de la ONU) Kofi Annan en Siria, y fue elegida una de las tres personas que integraron una comisión de la ONU sobre crímenes de guerra en la franja de Gaza. Bueno, pues esta noche su esposo recibe un premio a su trayectoria profesional».

 

72nd Annual Golden Globe Awards - Press Room

Cómo entrenar a tu dragón 2

Su belleza reside en que todos los sentidos están perfectamente hilvanados sobre la pantalla. El impacto visual, sobrecogedor como la noche estrellada de Van Gogh, empuja el viento sobre nuestra cara mientras agarramos la butaca como si fuera el lomo de un dragón de piel suave pero rocosa que vuela sobre el cielo y las nubes y lo que hay más allá, donde los mapas huelen a sal y mar, donde los azules se unen en una única línea que perfila una inspiradora partitura que eriza el alma.

Si ‘Cómo entrenar a tu dragón 2‘ fuera una película aburrida, tópica y sin emociones, aún merecería la pena. Pero es que, además de bella, es un entretenimiento formidable. La excelencia de Dean DeBlois, guionista y director de la cinta al mando de la producción, confirma la seria pugna por el trono de la animación entre Dreamworks y Pixar. La vuelta de Hipo, Desdentao y el resto de los vikingos de Isla Mema no defrauda, mantiene el nivel de su primera entrega y aporta nuevos elementos que refrescan la experiencia a la ya emocionante hazaña de cabalgar sobre un dragón.

En este segundo capítulo (ya hay anunciado un tercero), vikingos y dragones unirán sus fuerzas para luchar contra Drago, un temible villano capaz de manipular a los dragones a su antojo. Pero antes, Hipo tendrá que encontrar la respuesta que define el principio de todo héroe: “quién soy yo”. El film guarda un precioso mensaje para con el mundo animal y consigue, una vez más, que identifiquen en los gestos de Desdentao los de su propia mascota.

Pese a que a la película está plagada de escenas arrebatadoras, debo poner el acento en los diez primeros minutos y en los últimos treinta, ya que cuentan con secuencias fabulosas: qué juego de luces, de sombras, de imaginación, de cámaras que narran lo imposible… Puro cine. Puro amor al cine. Puro amor al cine por el que toda entrada está justificada: cuanto más grande sea la pantalla, mejor. Y, además, está John Powell. Qué música.

HOW TO TRAIN YOUR DRAGON 2

Los Guardianes del verano

Uno al cine, en verano, va para regodearse. Para refugiarse del calor infernal de la calle. Para disfrutar del fresquito de la butaca y de la dispersión mental de un entretenimiento básico. Que no lamentable. Básico, es decir: que entretiene de verdad. Qué quieren que les diga, me parece una situación maravillosa y envidiable a todas luces. A ver, que el buen cine, el cine mayúsculo, el que aspira al arte, siempre refresca de alguna manera; pero también se agradecen otras experiencias.

A veces hay sorpresas y, un quince de agosto, te encuentras con un film que aúna ambos esfuerzos. Pero no es lo habitual. La clave está en saber disfrutar de cada época: en invierno, candidatas a los Oscar; en verano, ¡mercenarios, transformers, piratas, naves espaciales y cómics! (Ojo, porque no sabría decir qué estación me gusta más…)

La sensación imperante es que este verano hay poca chicha en la cartelera. Puede que sea cierto. Pero les advierto que hay tres películas en concreto con capacidad para convertir estos meses en algo memorable –cinematográficamente hablando–: ‘El amanecer del planeta de los simios’ (18 de julio), que ha recibido unas críticas alucinantes en Estados Unidos; ‘Cómo entrenar a tu dragón 2’ (1 de agosto), secuela de una de las mejores cintas de animación de los últimos años; y ‘Los Guardianes de la Galaxia’ (14 de agosto), el tapado de Marvel de 2014 que apunta maneras a pelotazo del año.

También tenemos la cuarta entrega de Transformers (8 de agosto), descrita como la peor entrega de la saga pero que sigue haciendo más dinero que un churrero en año nuevo. Por supuesto, ‘Los Mercenarios 3’ (15 de agosto), esa oda al cine de acción que tanto nos emociona a algunos. Y, sin hacer mucho ruido, ‘Lucy’ (22 de agosto), de Luc Besson, que sigue cosechando adeptos gracias a un tráiler sensacional.

Tres bolas extra que han abierto la temporada: ‘The Kings of Summer’, cine indie con aires Goonies; ‘Mil maneras de morder el polvo’, el regreso de Seth -Padre de Familia- MacFarlane; y ‘Open Windows’, del siempre sorprendente Nacho Vigalondo.