Los Cuatro Fantásticos, el tráiler inesperado

Si hiciéramos una encuesta rápida sobre las películas de las que cabría, a priori, esperar muy poco, ‘Los Cuatro Fantásticos‘ ocuparía, sin duda, uno de los primeros puestos. Y sería culpa, por supuesto, de los dos truños que tuvieron la osadía de perpetrar los amigos de Fox. No por su director, Josh Trank, uno de los talentos más esperados de Hollywood. Ni por los actores protagonistas, cuatro jóvenes que gozan de un reconocimiento muy merecido: Miles Teller (Whiplash), Kate Mara (House of Cards), Michael B. Jordan (Chronicle) y Jamie Bell (Billy Elliot).  Y no sería culpa, bajo ningún concepto, de este primer y espectacular tráiler.

Qué quieren que les diga, me han dado ganas. Y puestos a sacar comparaciones, ¿no ven ciertos planos muy similares a ‘Interstellar’ y ‘Star Trek’?

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Rompenieves (Snowpiercer)

El mundo es un tren y sus pasajeros, la sociedad. Cada vagón representa a una clase, ordenadas según su riqueza: cuanto más cerca de la cabeza, más comida y agua; cuanto más lejos, más hambre. ‘Rompenieves’ (‘Snowpiercer’) tiene uno de los planteamientos más originales de los últimos años y es, de manera eficiente, una película de acción que rompe con los cánones establecidos. Su guión, basado en el cómic francés de Jacques Lob; su protagonista, un antihéroe alejado de los arquetipos; su estética, un triunfo ‘indie’ a caballo entre la viñeta y el relato fantástico.

John-ho Bong (‘The Host’) dirige una película con una fuerte carga filosófico. La lectura más superficial desvela un compromiso absoluto por conseguir que el espectador dibuje la línea que nos separa. Aquella línea que nos enseñaban en Historia que ensancha la estadística: los ricos son más ricos y los pobres, pobres serán. Salvando las distancias, Curtis (Chris Evans, ‘El Capitán América’) es una suerte del Neo de Matrix, liderando una revolución que afecta a todo el tren. A todo el universo.

El film, una producción a dos mares entre Corea del Sur y Estados Unidos, puede no contar con los mejores efectos especiales, pero se sostiene gracias a un guión sólido y un elenco de intérpretes de primer orden. Además de Evans, muy correcto, ‘Rompenieves’ cuenta con Jamie Bell (‘Billy Elliot’), John Hurt (‘V de Vendetta’), Ed Harris (‘Camino a la libertad’), Octavia Spencer (‘Criadas y Señoras’) y una irreconocible Tilda Swinton (‘Moonrise Kingdom’).

La propuesta de Bong es francamente recomendable por dos razones: no es una película a la que estemos acostumbrados y cargará su mochila personal de una experiencia entretenida, reflexiva y emocionante. Una lástima el miedo que ha corroído a las distribuidoras, dejándola de lado de la inmensa mayoría de cines españoles. Al menos, si cuenta con Canal+ o Yomvi, pueden verla en casa.

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Las aventuras de Tintín: El secreto del Unicornio

¡Rayos y Centellas! ¡Por las barbas de Zeus que esta es la más grande aventura que un marino de agua dulce pueda ver en la pantalla del mismísimo Luthier! ¡Mil millones de truenos me partan si no peleé como un coloso, corrí como un fornido atleta y vibré cual tiburón hambriento en un redil de atunes! Brindaré, ¡hasta la última gota de este Whisky!, por la pericia de Tintín, el valor desaforado de Haddock y la inteligencia sobrehumana del bueno de Milú. Por ellos y por el ave fénix que resurge de sus cenizas, por las calaveras de cristal rotas y por los mutantes mamelucos que perdieron su fe en él, Steven Spielberg. Juro por esta embriaguez inocua, ¡por los mares del tiempo y las partituras de John Williams!, que los sueños de Hergé lloran de alegría.

‘Las aventuras de Tintín: El secreto del Unicornio’ es una preciosidad. Una divertidísima película que deja las últimas intentonas de Indiana Jones y Jack Sparrow desparramadas por las tablas de popa. Todo empieza cuando el famoso periodista belga, Tintín (Jamie Bell), compra en un mercadillo una réplica a escala de un barco de época. El navío esconde un mensaje que le llevará, sin remedio, a seguir la senda del Capitán Haddock (Andy Serkis) y los oscuros secretos de Ivanovich Sakharine (Daniel Craig) en busca del tesoro de Rackham el Rojo.

La historia es una trepidante e imaginativa sucesión de escenas que no le dejará ir ni un solo segundo. El filme atrapa desde los inspirados títulos de crédito con una combinación perfecta de humor, acción, intriga y espectacularidad. Además, está la técnica: cada -puñetero- plano es una fotografía estudiada, perfectamente hilvanada con la anterior y la siguiente, con las que Spielberg luce un talento abrumador. Puro cine. La animación es excelsa, un ejercicio de modernidad por el que merece la pena esperar treinta años. Y luego está John Williams. Ése John Williams. Compositor soberano que reclama un reino que dejó olvidado tiempo atrás. Impecable.

Ciertos críticos belgas, franceses e ingleses acusaban a ‘Las aventuras de Tintín’ de ser un experimento sin alma que olvidaba las bondades del cómic que lo vio nacer. Pamplinas. Sinceramente, creo que es pura envidia. No se llaman Indiana, Henry y Tapón. Son Tintín, Haddock y Milú. Y son la clase de personas que al abrir el cofre del tesoro no se dejan cegar por el vil metal. Son esa clase de héroes que saca el sombrero y lo coloca sobre su cabeza, imaginando nuevas hazañas, con una única pregunta en el velamen: ¿Qué tal su sed de aventuras?

La legión del águila

En el colegio, cuando íbamos de excursión, uno de mis juegos favoritos era ‘la bandera’. ¿Lo conocen? El terreno se divide en dos campos y se le encomienda a cada equipo una misión: proteger su bandera -que previamente habrán colocado en un lugar bien fortificado-. A su vez, ambos bandos formaban dos escuadrones, una para atacar y otra para defender. Sin duda, la miaja del asunto estaba en la avanzadilla. Más que nada porque era francamente difícil hacerse con la bandera del enemigo y cruzar de nuevo a tu campo, condición última para ganar. Y qué momento, qué subidón de adrenalina para el que entraba gritando con el estandarte, vitoreado por todos sus compañeros… Qué tiempos.

‘La legión del águila’, de Kevin Macdonald (‘El último rey de Escocia’, ‘La sombra del poder’), es la versión en gran pantalla de aquellas partidas a ‘la bandera’ con el grupo de clase. Marcus Aquila (Channing Tatum; ‘Querido John’) es uno de los centuriones más jóvenes de su hornada. Pese a su carrera meteórica, vive bajo la humillación de ser el hijo del soldado que perdió el águila dorada, el mayor símbolo de Roma, en la oscura Britania. Tras una accidentada batalla, Aquila partirá con Esca (Jamie Bell; ‘Billy Elliot’, ‘King Kong’), un esclavo que le infiltrará en territorio enemigo para recuperar el tesoro que lleva perdido durante tantos años y, de camino, el honor de su familia.

No esperaba gran cosa de la cinta, la verdad. Y supongo que eso ayudó a la película, que no me pareció tan mala como cabría esperar -por los pronósticos y críticas internacionales, que no habían sido muy generosas-. ‘La legión del águila’ es una poco ambiciosa pero divertida aventura que les proporcionará un par de horas de entretenimiento.

Con respecto a su protagonista, se confirma mi teoría: Channing Tatum no sabe actuar, solo sabe apretar la mandíbula una y otra vez. Es horrible, el muchacho. El otro, Bell, sin embargo, sí que me cae en gracia. Apunten al chaval, que no suele desmerecer.